No te encierres.
La jaula de oro que hay a tu alrededor, no te conviene.
Si deseas dar un beso, un abrazo, decir un te quiero…
¡Hazlo!
¡Dilo!
No te guardes esos sentimientos que tienes dentro de ti.
Sácalos.
¡Exprésate!
No tengas miedo de las reacciones de los demás.
Ellos también tienen miedo a sentirse rechazados o a hacer el ridículo.
Comienza poco a poco, si ves que no eres capaz ahora de dar ese beso o ese abrazo o de decir ese te quiero: sé sincero contigo mismo; contigo misma.
Habla en voz alta cuando estés sólo.
No es de locos hacerlo.
Háblate de tus sentimientos. Dí que necesitas, que deseas, que quieres, a quién amas.
Todas las semanas, dedica unos minutos del día o de la noche, a escribir en un papel como te sientes.
Escribe:
Esta semana me siento…
Y termina el escrito con un deseo:
Esta semana deseo que… (Por ejemplo, dar más abrazos a las personas que me rodean).
Hazlo sin prisa, pero hazlo.
¡Exprésate!
La jaula de oro que hay a tu alrededor, no te conviene.
Si deseas dar un beso, un abrazo, decir un te quiero…
¡Hazlo!
¡Dilo!
No te guardes esos sentimientos que tienes dentro de ti.
Sácalos.
¡Exprésate!
No tengas miedo de las reacciones de los demás.
Ellos también tienen miedo a sentirse rechazados o a hacer el ridículo.
Comienza poco a poco, si ves que no eres capaz ahora de dar ese beso o ese abrazo o de decir ese te quiero: sé sincero contigo mismo; contigo misma.
Habla en voz alta cuando estés sólo.
No es de locos hacerlo.
Háblate de tus sentimientos. Dí que necesitas, que deseas, que quieres, a quién amas.
Todas las semanas, dedica unos minutos del día o de la noche, a escribir en un papel como te sientes.
Escribe:
Esta semana me siento…
Y termina el escrito con un deseo:
Esta semana deseo que… (Por ejemplo, dar más abrazos a las personas que me rodean).
Hazlo sin prisa, pero hazlo.
¡Exprésate!