miércoles, 29 de septiembre de 2010

Tú Cambias El Mundo

A veces, nos dejamos "vencer" por la desidia y la desesperación.
Vemos las noticias en la televisión, las leemos en el periódico, o las escuchamos por la radio, y en más de una ocasión, nos llenan de desesperanza.


Pensamos que todo está mal, que no se puede hacer nada para mejorar las cosas. Que todo seguirá sin solución…

Sean noticias “buenas” o “malas”, nosotros, nos solemos quedar con las malas. Vemos las buenas y sonreímos (como por ejemplo, si alguien descubre algo que ayudará a muchas personas a estar mejor), pero las olvidamos fácilmente.

Las malas (aquellas, que nos desasosiegan, nos enfadan o nos indignan), por el contrario, las recordamos y las comentamos a menudo, con los demás.

Cada uno de nosotros tiene un poder.


Tú tienes el poder de cambiar tus acciones y tú manera de pensar.
 Podemos focalizar nuestra energía solo en las cosas malas que pasan, y estaremos sin voluntad para hacer nada. Nos inhibiremos ante tanto “desastre”. Pensaremos que la realidad es esa y solo esa: un mundo negativo, lleno de cosas terroríficas. Y nos influirá en nuestro ánimo. Seguramente nos seremos muy felices.

Pero podemos abrir nuestra mente, a las situaciones y noticias positivas que pasan en el mundo, no quedándonos solo con una parte de la “realidad”.

Un mundo mejor y más amable, es posible.

Todo irá bien si nos focalizamos más en lo positivo de la vida.

Recuerda:
Son las pequeñas acciones y los pensamientos de cada uno, lo que cambia el mundo.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Como Hojas En Un Río

A veces vivimos como si fuéramos hojas en un río.

Un río caudaloso que casi nunca está en calma.

Si por el camino, encontramos más hojas, es más fácil dejarse llevar.

Y así nos arrastran con ellas, o las arrastramos con nosotros.



Vivimos sin ser conscientes de nuestro alrededor.

El agua del río, va demasiado rápida para poder ver nada.

Sólo nos sentimos mareados o confusos o nos duele la cabeza.

Nos aferramos a ese río, porque creemos que esa es la verdadera vida.

Y tenemos miedo de desaparecer o de quedarnos estancados y solos.

Por eso seguimos río abajo, sin pensar, sin mirar…

Sin vivir esas otras realidades que obviamos.


Pero el río, siempre tiene bifurcaciones y pequeñas lagunas, esperando a que salgamos de esas corrientes de agua.

Podemos vivir sin miedo, experimentando lo que deseamos y mirando más allá de la hoja de delante.

Eres único.

Eres única.


¡Sé feliz!

:-)

miércoles, 15 de septiembre de 2010

¡Tú Vales!



Desde temprana edad, me acostumbré a vivir con las limitaciones que la artritis reumatoide juvenil (ARJ), me dejó.

Después de unos meses de fuertes dolores, mi cuerpo se apaciguó un poco.
En esa época, dejé de correr, dejé casi de andar, dejé de patinar, dejé de hacer muchas cosas por miedo al dolor. Y también dejé de ser la niña feliz que era.
El miedo fue lo que más me paró. A pesar de mi cuerpo limitado, mi mente se “protegió” frente a todo. Al final, el miedo que más tenía, era miedo a tener miedo. Y eso, sí que me limitó.

Sin embargo, poco a poco, mi cuerpo se fue adaptando a las circunstancias. Y yo me fui acostumbrando a no hacer cosas, que antes hacía con normalidad, o a sustituir unas pocas acciones por otras, para encontrar la forma de poder hacer lo que no podía.

Después de tener más de veinte años esas limitaciones, puedo decir lo fuerte que es el cuerpo humano y la mente humana sobre todo.

Me adapté a las limitaciones físicas con más naturalidad que a las limitaciones de mi mente. A pesar de las secuelas físicas, la falta de autoestima, fue lo más impactante que dejó en mí la ARJ.

Pero esas trabas de la mente, se superan.
Lo importante es tener constancia, paciencia y buen humor.
Y si tú solo o sola no puedes: ¡Pide ayuda!
Porque a veces, con tan solo decir a otra persona, lo que nos pasa, los problemas desaparecen o se van un poco.

Así, que no te infravalores.

No infravalores a tu mente. Lo que te dices tiene poder.

Si tus pensamientos te producen sufrimiento, “vigílalos” y transfórmalos.

No los aceptes sin más, como algo que está ahí y que no se puede cambiar. Porque sí se puede.

No se trata de obligarte a ser positivo, evitando lo negativo de tus pensamientos. Ni a que intentes cambiar todo lo negativo que hay en tu mente, por positividad.

Tan solo escúchate. Observa tu mente y acepta quién eres y lo que haces.

Y desde ahí, “trabaja” todos los días para una mente tranquila y sana.

Acompaña ese “trabajo”, con ejercicio físico, afirmaciones positivas, técnicas de relajación y respiración consciente, y una alimentación sana.


No dejes pasar el momento.
No desaproveches las oportunidades, que te da un nuevo día.
Sé en cada instante, la persona que deseas ser.
Has llegado hasta estas circunstancias que te rodean, por lo que has ido haciendo y por lo que has ido pensando.

Eres una persona poderosa y muy valiosa.

Recuerda:
¡Tú Vales!

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Eres Agua


El agua forma la mayor parte de nosotros, y sin embargo casi nunca la tenemos en cuenta.

Aún hoy, en pleno siglo 21, la desperdiciamos sin pensar en las consecuencias.


Muchas personas viven en el mundo con escasez de agua, y otros tienen que lidiar con las inundaciones que producen las lluvias torrenciales.

Tener o no tener agua cerca nos mata. Dependemos de ella. Pero sobre todo el agua, da la vida.



¿Cuántos vasos de agua te has bebido ésta semana? Seguro que varios, y en muchas ocasiones han sido insuficientes para tu organismo.

El agua te acompaña durante todo el día.

¿Qué puedes hacer para sentirte mejor?

Por la mañana, nada más levantarte, date una ducha rápida de agua fría. Tan solo mojarte. Te servirá para comenzar el día, con energía.
Luego, toma un gran vaso de agua templada o caliente, a sorbos pequeños, mientras repites para ti, frases afirmativas, como “hoy va a ser un buen día” o “todo va a salir bien”.
Durante el día, recuerda beber agua. Aunque no tengas ganas. Y cuando bebas, toma sorbos y déjalos en tu boca unos instantes. “Saborea” el agua.

Cuándo regreses a casa, date una ducha menos rápida, y con agua templada. Imagina que todo lo “malo” de ese día, se va por el desagüe, y céntrate en limpiar tu cuerpo, con la intención de recargar las pilas.

Y ya al acostarte, una infusión del sabor que más te guste, hará que tu descanso sea profundo.


Recuerda: Eres Agua.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Superviviente

Estás aquí.

Sigues viva.

Has sobrevivido a muchas circunstancias. Tanto físicas como mentales.

Eres una persona muy afortunada.



Vive cada momento como si fuera el último.

Sin lamentarte por lo que pudo ser.

Y sin miedo al qué será.



Porqué como dice la canción “Que Será Será”:

¡Qué será, será. Lo que tenga que ser será!




Y tú de sobrevivir sabes mucho.

Tienes experiencia.

Tan solo aprende de ella.

Disfruta de lo que haces y se una persona activa, que toma decisiones para el cambio.



¡Sigues aquí!

Eres un superviviente.