miércoles, 25 de abril de 2012

No estás solo


Cuando viajamos, pasamos rápido por los pueblos y lugares que vamos dejando atrás.

Apenas parpadeamos y ya hemos dejado de ver aquella ciudad. Tan solo divisamos a lo lejos, los edificios y fachadas llenas de historias.

No estamos solos. Somos muchos y en cada una de las luces que vemos en las habitaciones de esas casas, hay una persona como tú, que quizás vive una situación similar a la tuya.

Algunos entrenan solo su cuerpo para mantenerse sanos. Aunque luego salgan del gimnasio, y se enciendan un cigarro o se beban una cerveza…. Ellos creen que ya han cumplido con su parte de mantenimiento.

Dejan olvidada en un rincón la parte que nos les gusta de sí mismos. Piensan que es mejor no mirarla a la cara. Si está escondida, no molestará… piensan… Pero sí lo hace.

Imagina que tienes un jardín, y que todos los días lo abonas. De los deshechos, comienzan a nacer flores hermosas y llenas de vida.

Nosotros también somos dos caras de una misma moneda. Necesitamos de nuestro lado menos visible y más opaco, para renacer.

No vale con negar, que los problemas no existen. No vale con quedarnos callados, esperando a que por arte de magia, nuestra pesadumbre se vaya…

Tú eres una persona fuerte y maravillosa. Llena de pensamientos adecuados y acciones estupendas.

Mereces ser feliz. Como aquellas personas que viven en las casas que pasas a todo correr, cuando viajas. 
Ellos también desean la felicidad y estar sanos en todos los aspectos.

Deja de tragarte lo que no te conviene. Comienza a expresarte con ese coraje que tienes.

Descúbrete. Eres mucho más que ese sofá o esa reunión de trabajo… eres una persona maravillosa.

Abre los ojos.

No estás solo.


miércoles, 18 de abril de 2012

Sanándote

Cierra los ojos y respira profundamente tres veces.

Relaja tu cuerpo y deja que los pensamientos pasen. No les hagas caso. Están ahí. No te centres en intentar eliminarlos. Tan solo, déjalos pasar.

Ahora, siente tu cuerpo. Dirige tu atención a tu cabeza y nota cualquier tensión que tengas acumulada en ella. Puede ser alguna presión o algo de molestia en la nuca.

Respirando de modo pausado y tranquilo, mándale a tu cabeza, la siguiente orden: Cabeza relax, cabeza relax.

Imagina que un pequeño grupo de seres diminutos, están encima de tu cuero cabelludo. Obsérvalos. Parece que están trabajando sobre tus pelos, tirando de ellos y cavando con sus palas de juguete.

Comienzas a sentir un poco de picor en toda tu cabeza. Tranquila. Déjalo que esté ahí.

Los pequeños seres, empiezan a expandirse por todo tu cuerpo y se dirigen en masa a aquellas partes que te duelen o que están tensas.

Trabajan con prisa pero sin estrés.

Respira profundamente una vez.

Las pequeñas intervenciones que están haciendo en tu cuerpo, poco a poco, comienzan a dar sus frutos y sin apenas darte cuenta, tus dolores o molestias, se van difuminando.

Te sientes bien. Cada vez mejor.

Deseas darles las gracias a esos pequeños seres, y de repente, te haces tú también diminuto y te encuentras encima de tu propia cabeza.

Miras a todas esas pequeñas criaturas y te das cuenta de que todas tienen tu cara…. Eres tú.

Estás algo asombrada. Uno de esos seres, se acerca a ti y te da la mano. Entonces lo comprendes:

Tú tienes la capacidad de sanarte. De curar esas pequeñas molestias y tensiones que tienes acumuladas.

Respira hondo.

Regresas de nuevo a tu cuerpo y te das las gracias en voz alta.

Los dolores han menguado y tú te sientes fuerte.

Tú tienes el control sobre tu cuerpo.

Recuérdalo la próxima vez que pienses en tomarte una medicina sin realmente necesitarla.

Muchas veces los dolores o las molestias que tenemos, son para que nos paremos y nos relajemos.

Escúchate. Oye tu voz interior y hazle caso.

Tú eres la sanación.


miércoles, 11 de abril de 2012

Puedes ser lo que desees

Todos y todas tenemos deseos. Nuestras aspiraciones nos hacen movernos hacía ese objetivo que deseamos.
En ocasiones se nos olvida que nuestra realidad la creamos cada uno de nosotros.
Y los fantasmas de la duda y de la incredulidad se instalan en nuestras vidas.
¿Para qué hacer algo, si no depende de mí?”, nos preguntamos.
Ya no podré conseguir aquel sueño de la infancia… Qué le vamos a hacer…”, pensamos.
 Y caemos en la desidia.  Dejamos de seguir nuestros anhelos y tan solo deseamos que el día termine pronto o que nadie “nos fastidie” la jornada.
 Pero… ¿Sabes?
Puedes hacer lo que te propongas… Puedes ser lo que desees.
Los deseos se hacen realidad.
Tienes que aprender a formular los deseos de forma adecuada para ti.
Vigila tu mente.
Observa los pensamientos y los deseos que tienes a lo largo del día.
Si piensas que tu mundo es pequeño, tus deseos también serán pequeños.
¿Sabes qué si lo puedes imaginar, lo puedes lograr?
La imaginación es un elemento útil que te ayuda a superarte. No le des la espalda.
Muévete desde el centro de tu cuerpo. Siente la fuerza de tus deseos y continúa con ellos.
No te pares. Sabes que otros deseos se cumplieron.
¿Por qué va a ser ahora diferente?
Recuerda ese sentimiento que te hacía reaccionar todas las mañanas, y vuelve a sentirlo.
Piensa en tu realidad como algo grande. Crea las condiciones para que tus sueños no se vayan, para que tus deseos se sigan cumpliendo.
No decaigas.
No es el momento.
Eres lo que desees ser.
Eres lo que deseas ser.
Créelo.

miércoles, 4 de abril de 2012

El poder de las palabras


Desde hace ya mucho tiempo, solo escuchamos en las noticias que hay crisis. Casi todos los medios de comunicación y casi todos los dirigentes de los países, están continuamente advirtiéndonos de que algo no marcha bien.

A más de una persona, el tintineo constante de noticias poco aragüeñas, les sumerge cada vez más en el descontento y la desesperación. Aunque realmente ellos no tengan los problemas que se escuchan en la radio, se sienten ahogados ante las olas de miedo que generan.

A pesar de que nos sentimos únicos, cada uno de nosotros estamos conectados con los demás y formamos un todo. Cada sociedad, sea del continente que sea, está marcada por las relaciones humanas entre sus miembros. Todos y todas, nos relacionamos todos los días con varias personas. Y lo creas o no, dejas tu propia huella en ellos. Aunque tan solo hayas dado los buenos días al conductor del autobús… todos nos influimos.

Las palabras tienen el mismo poder que los pensamientos  que tenemos. Si un pensamiento en positivo, nos puede llevar a superar un miedo, una palabra también positiva y dicha en el momento adecuado, puede hacer cambiar de opinión a más de uno. También a nosotros mismos.

Lo que ocurre, es que no somos conscientes de lo importante que son las palabras. Hoy, me gustaría que no solo analizaras lo que tú dices y como lo dices, sino que te fijes en lo que escuchas a lo largo del día… ¿Son noticias negativas que producen miedo?, ¿son gritos de conductores de camino al trabajo?... O por el contrario, ¿escuchas palabras que te animan a ir hacia delante y a ser más feliz?

Observa todo lo que te rodea. Y analiza sin reparo las palabras que te hacen caer en un agujero.

Todos los días escuchando lo mismo y viendo lo mismo, puede hacernos personas sin motivación y sin ganas de vivir.

Reacciona. Muévete. Y capta otras palabras más constructivas. Están, aunque no nos demos cuenta.

Por eso, después anota todo lo que no te sienta bien, haz el ejercicio contrario: Apunta en un día, todas esas palabras positivas y agradables que escuchas. Céntrate en ellas y dales el poder que se merecen en tu vida.

Recuerda: Eres una persona maravillosa, mereces todo lo bueno que te pase y que hay un camino de esperanza.

¿Hasta cuándo vas a esperar para salir de esa burbuja de malestar en la que vives?

Tú puedes.

Dale el poder que las palabras tienen.