miércoles, 26 de febrero de 2014

“Sobreviviré”

Aprendí a vivir con lo que tenía.
Cambié mi manera de hacer las cosas.
Ya no me servían mis anteriores trucos.
Como un mago que pierde sus manos, busqué la manera de regresar a la magia que me emocionaba cada mañana.
Yo lo sabía… fuera como fuera, ninguna situación estaría tan alta como para no llegar a la cima.
Aquellas otras veces yo pude hacerlo. Es cierto, que todo parecía más sencillo ayer… Pero, siempre pude escalar la montaña más alta.
Nada ha cambiado en mí. A pesar de que mis circunstancias parecen distintas, yo sigo estando aquí dentro.
Tal vez parezca diferente al mirarme al espejo. Es posible, que muchos piensen que no soy lo que era y que no puedo…
Pero… ¡Puedo!
Y lo estoy haciendo.
Agachar la cabeza y cerrar los ojos, nunca fue conmigo. Ahora tampoco.
Nunca entendí bien aquella afirmación de: si la vida te da limones, haz limonada
Hoy puedo decir que conozco su significado.
Aunque parece que no tengo nada, sí que tengo algo.
Solo tengo limones, y puedo exprimir cada día como si fuera el último.
Antes tenía una ensalada de frutas y apenas le prestaba atención. Siempre corría de un lado a otro, sin pararme… Sin imaginar que en algún momento dejaría de correr.
Todos decían: Carpe Diem. Vive al límite, como si no hubiera mañana… Y lo aplicaba mal. Ahora lo sé.
No quería ver mi verdadera realidad, me ocultaba detrás de todas esas cosas que creía que me hacían especial y libre… y resulta que tan solo estaban tapándome los ojos.
Quizás alguien piense que es cruel, llegar a vivir lo que estoy viviendo…
“¿Por qué no te diste cuenta antes?”, me preguntan algunos.
“Habrías sufrido menos”, que comentan otros.
Y yo sé que todo lo que aprendí por el camino, me ayudó a ser quien soy ahora.
No dejaría nada de lo recorrido ni de lo vivido. Acepto quien fui y quien soy hoy.
Hay gente que dice que he sobrevivido…
Yo creo que no. Yo pienso que he vivido y que sigo viviendo.
Todo ha cambiado a mí alrededor… Pero como he dicho, yo sigo siendo la misma persona.
 Aunque tal vez digan que he sobrevivido, porque he superado los acontecimientos con creces. He superado las barreras y saltado los obstáculos… Y aquí sigo… Como un mago que pierde sus manos y aún así, no deja de hacer magia.
Yo sigo haciéndola también.
Sí… Cada día, a cada instante, vivo y disfruto de cada segundo.
No me falta la risa, el amor, ni la sorpresa. Parezco un bebé de meses que solo juega con su zapato, que aún no sabe usar.
Vivo sin miedo y sin prisa.
Vivo al día.
Simplemente… Vivo.
¿Me acompañas en este camino lleno de magia?
“Sobrevivamos” juntos…
 “Sobreviviré”…



miércoles, 19 de febrero de 2014

Sube tu autoestima

Sé que lo sabes, pero voy a volver a repetírtelo:
Eres una persona maravillosa y mereces todo lo bueno que te pase.
El amor hacia ti mismo, ha de ser un trabajo constante.
¿Se te olvida respirar? ¿Se te olvida comer?
¿Verdad que no?
Pues que no se te olvide que eres un ser especial y repleto de motivos para ser feliz.
La baja autoestima puede que te lleve a tener complejo de inferioridad.
Te comparas con otros y piensas: “No soy tan importante”, “¿Qué puedo hacer yo?”, “Ojalá fuera como ella”…
¡Pero tú ya eres! Eres muy importante. De hecho, la persona más importante que conoces y que puede hacer de tu vida un paraíso o un infierno, eres tú.
Puedes hacer miles de cosas. Tienes muchas cualidades y capacidades, que quizás no fomentes, tal vez por miedo…
Y por supuesto, no necesitas ser como otros. Tú, ya eres tú. Aunque admires a determinadas personas, porque les reconoces méritos que piensas que no tienes, eso no significa que ellos sean mejor que tú.
Hoy te animo a que no te abandones.
Sigue pendiente de ti cada día.
Mírate al espejo cada mañana y ofrécete una sonrisa y unas palabras de aliento.
Y hazlo aunque tu autoestima esté bien. Hazlo si has tenido en algún momento de tu vida, ese sentimiento de ser menos, o de no ser merecedor de todo lo bueno.
Disfruta de cada instante como si fuera el último…
Como dice el refrán: “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”.
Ponte en marcha.
Camina erguida, con la cabeza alta y con tus pensamientos centrados en lo positivo y en lo que te motiva.
Repite cada día:
Soy una persona maravillosa. Me quiero y merezco todo lo bueno que me pase. Soy fuerte y tengo muchas virtudes. Hoy va a ser un día estupendo. Todo está aún por escribir. Yo soy el guionista de mi película y voy a seguir viviendo sin miedo. Sé que puedo porque ya lo he hecho. Sé que soy importante porque siempre hay alguien que me apoya con su sonrisa. Sé que si yo estoy bien, las personas que me rodean también lo estarán.
Ante situaciones difíciles, vuelve a levantarte.
Coge impulso desde abajo, si estás ahí, y comienza de nuevo.
Recuerda: Eres un ser especial.
Sigue aumentando tu autoestima. No te dejes.

miércoles, 12 de febrero de 2014

¿Eres quién dices ser?


Hay acontecimientos vitales que te transforman o que te van cambiando poco a poco. En función de como afrontes esas experiencias, considerarás que lo que te ha pasado es algo bueno o de lo que se pueden sacar cosas positivas, o reflexionarás en lo poco o nada que te han aportado esos momentos de malestar y sufrimiento.
Sea como sea, esas experiencias te han hecho aprender. Es decir, han modificado tu estructura cerebral.
Tus aprendizajes han ido marcando tu camino. Y muchas veces, tus creencias de quién eres o de lo que has vivido, te han hecho pensar en que eras de una manera determinada.
"No. Si yo no sé tomar decisiones. No sé hacer nada bien". Pensabas antes de que esa enfermedad o cambio brusco apareciera en tu vida. De repente la percepción de quién eres cambió y te diste cuenta de que sí eres capaz de tomar decisiones y de que tienes una gran capacidad de afrontamiento.
Como crees que eres, se refleja muchas veces en como los demás te observan. Es posible que tus verbalizaciones negativas en torno a tu persona, haya hecho que algunos de tu alrededor piensen de ti exactamente igual que lo que tú crees que eres.
Entonces ocurre aquella experiencia que te cambia la vida, y tal vez haya gente de tu entorno que se asombre al verte actuar... "¡Cómo ha cambiado!", "No parece él...".
Mientras que en realidad tú siempre fuiste lo que eres... Lo que ocurre es que te ocultabas detrás se creencias, miedos y preocupaciones.
Por eso hoy te pregunto... ¿Eres realmente quién dices ser?
No hace falta que te ocurra nada negativo para que la persona fuerte y positiva que eres, aparezca.
Analiza los reproches que te haces a ti misma... ¿Por qué tienes esa falta de amor hacia ti? ¿Por qué no crees en ti ahora, sin esperar a que algo externo (bueno o malo), te cambie la vida?
Yo creo en ti. En tus capacidades y en tus habilidades de afrontamiento.
Sabes sacar lo positivo de todos los aprendizajes y a pesar de las dudas, siempre sigues hacia delante con una sonrisa.
Observa tu entorno y lo que expresas de ti mismo en voz alta.
Comienza a cambiar hoy esa percepción que crees tener de ti y que los demás piensan que eres.
Hoy es un día maravilloso. Un día mágico lleno de oportunidades... ¿Vas a dejar que se esfume?
Este es tu momento.
¡Cree en ti!



miércoles, 5 de febrero de 2014

Un Lienzo en Blanco

Imagina que no tienes nada que hacer.
¿Qué estarías haciendo si no tuvieras ninguna obligación o responsabilidad que cumplir?
Imagínate por un momento haciendo esa actividad que te apasiona o no haciendo nada.
¿Verdad que te sientes bien? Tu cuerpo y tu mente están tranquilos. Estás muy relajada y contenta. No hay pensamientos invasivos y molestos. Tampoco te duele aquella zona del cuerpo que suele molestarte cuando estás en tensión.
Se puede decir que eres una persona feliz...
Ahora te pregunto... ¿Qué pasaría si hicieras de todas las actividades que haces a lo largo del día, algo significativo para ti? Creer que lo haces porque quieres y te gusta... Porque como antes, no tienes otra cosa que hacer.
Cierra los ojos y respira profundamente tres veces.
Visualiza que estás en una habitación vacía.
Lo único que hay delante de ti es un lienzo en blanco.
Tú sujetas la paleta con unos pocos de colores. Al mirarlos sabes que cada color refleja una emoción...
Y ahora te dispones a pintar un cuadro abstracto. Solo manchas de colores que esparces con tus dedos.
Siente el tacto de la pintura y el contacto con la aspereza del lienzo.
Saborea cada instante que dibujas.
En cada movimiento hay una decisión previa y tomada por ti, en función de como deseas que sean tus emociones y tus sensaciones.
Nada te para. Sabes dónde van cada uno de los colores y sabes que hacer para que tu cuadro se parezca a como deseas ser y estar.
Todo fluye de forma sencilla.
Tú eres el creador de esa obra. Tú eres el que coge esos colores y lo plasma sin prejuicio alguno.
Te sientes libre. Sin ataduras mentales.
Sabes que eres el creador de tu historia y te sientes bien por ello.
En ese instante, una idea te viene a la mente y la repites en voz alta: "Puedo hacer que mis tareas diarias se vuelvan más amenas. Yo soy el que toma la decisión de cómo actuar y pensar. Soy el creador de mi vida".
Una pequeña sonrisa aparece en tu rostro y te das cuenta de que ya has terminado el cuadro.
Una explosión de colores vivos inunda tanto el lienzo como la habitación vacía. Te sientes bien.
Respira profundamente una vez.
Abre los ojos.