domingo, 27 de septiembre de 2015

Eres una persona sana

Cierra los ojos y respira profundamente una vez, inhalando el aire por la nariz y expulsándolo por la boca.
Mantente con los ojos cerrados un rato. Intenta aislarte de tu alrededor y céntrate en tu cuerpo.
Nota si tienes alguna tensión acumulada en él.
Si es así, visualiza esa zona e imagina como le envías con cada expiración una nube blanca sanadora. Es una energía pura y llena de amor que entra en el lugar dañado y recorre cada parte de tu cuerpo.
Estás cada vez más relajada.
Ahora, respira profundamente una vez y coloca una de tus manos en tu cabeza, justo en la coronilla.
Sigues con los ojos cerrados y te sientes muy tranquilo.
Sabes que es lo que necesitas. Y este momento de calma es importante para continuar con tu día.
Después de un rato y de respirar cada vez más y más lentamente y sin esfuerzo, coloca tu otra mano en el centro de tu pecho.
Siente como la energía te va sanando y ofreciéndote una experiencia muy relajante y placentera.
Estás muy a gusto y feliz.
Cuando te apetezca dirige tus manos a tus dos orejas y tápatelas durante unos minutos.
Respira lenta y profundamente una vez, deshaciendo los nudos de las sombras de tu mente y de tu cuerpo.
Te sientes muy relajada.
Eres una persona sana.
Sonríes.
Respira profundamente una vez.
Abre los ojos.



jueves, 17 de septiembre de 2015

Detrás de las formas

Detrás de cada rostro que te cruzas cada día por la calle, existen multitud de historias y experiencias.

Detrás de cada forma hay un relato que contar.

Nuestra mente tiende a rellenar los huecos que no alcanzamos a ver. Por eso, en ocasiones "inventamos" como serán los otros o como fue observar aquel
paisaje.

Los estereotipos que tenemos, nos atan corto y hacen que nuestra mente cada vez sea más y más cerrada. 

Aquellas ideas preconcebidas y generalmente no reales que nos creemos de los demás, son la base de las intolerancias y miedos a lo que no conocemos.

Normalmente los niños y niñas muy pequeños, no tienen esos prejuicios hacia formas de vida o de actuar de otros. Son fuentes de felicidad y de amor.

Tampoco por tener menos años que nosotros son menos sabios.

Mi sobrina de dos años es capaz de discernir las emociones que siente a su alrededor.

Y reacciona en función de lo que nota en su cuerpo.

No le hace falta tener una idea o una falsa opinión de aquel al que mira.

Actúa sin esos pensamientos que nos alejan de los otros. Los que crean barreras y nos
limitan a lo que nos resulta familiar.

Esta semana seamos niñas y niños sabios.

Mirémoslos y aprendamos de ellos y de ellas en su forma de relacionarse y abrazarse.

Y recuerda... detrás de cada forma hay una gran historia.

Anímate a vivirlas.


miércoles, 9 de septiembre de 2015

La llave de la vida

Estos días estamos viendo como miles de personas abandonan lo que hasta ahora eran sus hogares, para embarcarse en una odisea sin retorno.
Imágenes impactantes nos han erizado la piel y nos han hecho llorar en más de una ocasión mientras mirábamos las noticias en la televisión.
Los refugiados y las refugiadas caminan solamente con la ilusión y la esperanza de poder sobrevivir y también vivir en nuevos lugares del mundo.
Desde los diferentes medios de comunicación se están solicitando ayudas para estas personas. Algunos solo comparten fotos en sus perfiles públicos, pensando que así se solventa el problema. Sin embargo, ya existe esa concienciación social de lo que está pasando y casi todos sabemos lo que es la tragedia de perder a nuestros seres queridos.
Somos capaces de ponernos en la piel de aquellos que hoy caminan y corren hacia la vida, huyendo de una muerte casi segura.
Muchas y muchos de nosotros, tenemos familia que huyeron de la barbarie. De la guerra, del hambre, de la enfermedad… y consiguieron sobrevivir a unas circunstancias nefastas.
Hoy, día de regreso de este blog de pensamientos positivos, relajaciones e ideas para vivir de forma más saludable y feliz, no podía dejar de pensar en ellas. En aquellas personas que siguen caminando sin nada en sus manos, y que necesitan más que nunca que el resto de la humanidad sepamos ponernos en su lugar y les apoyemos de un modo u otro.
Debido a mis circunstancias personales (muy parecidas actualmente a las de muchos otros en España), no tengo posibilidades económicas ni materiales para ayudar a aquellos que hemos llamado “refugiados”, pero sí tengo la posibilidad de unirme a millones de voces en todo el mundo, para que sigamos (o volvamos) a ser humanos.
Mi voz es pequeña en las redes, pero sé que muchos y muchas me leéis cada semana con la ilusión de encontrar una luz en el camino. Una luz que están buscando tantas y tantas personas ahora mismo.
Por eso, seas un particular, una empresaria, un gobierno o una macro nacional, y si tienes recursos para ello, te animo desde este rincón a ponerte en la piel de los que buscan ayuda y un techo para vivir.
Levanta la vista y observa.
Tú puedes hacerlo posible.
Como siempre, juntos podemos.
Ofrezcámosles la llave de la vida.