Cierra los ojos.
Respira profundamente tres veces.
Imagina que en este preciso instante, estás sentado o sentada delante de la orilla del mar.
No hay ruidos. Lo único que oyes, es el sonido de las olas, que cuando se aproximan a ti, te dejan gotas en la piel.
Es media tarde y el sol ya no quema. Tan sólo te proporciona una sensación muy agradable.
Sientes el viento cálido, en tu cara y en tu pelo.
Respira tranquilamente.
Mira al horizonte. Al fondo, hay un pequeño barco pesquero, mecido por las olas. Y un grupo de gaviotas, revolotean alrededor.
Hunde tus manos en la arena caliente. Siente el tacto de la arena y juega con ella, intentando atraparla.
Te tumbas. El sol se está ocultando en las nubes.
Abre bien los ojos y mira el cielo. El color azul claro, está cambiando poco a poco a un tono más oscuro.
Mueve tus piernas y brazos en la arena, disfrutando del momento.
Sabes que cuando lo desees, podrás regresar a esta orilla.
Tienes todo el tiempo para ti.
Respira profundamente tres veces.
Abre los ojos.
:-)
4 comentarios:
Esta mañana necesitaba algo así como lo que tú acabas de colgar en la red. gracias.
Que importante es tener tiempo para nosotros mismos, porque si no tenemos tiempo, no nos podremos cuidar y querer, y si no nos podemos querer... malamente podremos querer a los demas.
Disfruté mucho de este paseo a la orilla del mar.
Besitos,
Tengo que hacer mucho más amenudo eso, pero solo eso, lo que tu dices, porque ir a la playa voy, pero entre el remo, la natación y más historias salgo de la playa mas estresado que antes. Te hare caso.
Besos!
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