lunes, 8 de junio de 2009

Paulina


Creo que no somos nuestra edad física. Cuando yo era niña, no me sentía una niña, y ahora no siento que sea una mujer adulta. Simplemente somos personas. Unos de 10 años, otros de 30, otros de 60...

Cuando somos niños, las personas "adultas" nos suelen tratar como si fueramos una molestia o como si no supieramos nada. Esta actitud en nuestros mayores no nos gusta, y nos prometemos a nosotros mismos que no seremos como ellos.
Pero pasa el tiempo, y algo ocurre. Creemos que por cumplir años, tenemos que cambiar y actuar como lo hacían con nosotros.

Si tenemos hijos les tratamos como nos trataban a nosotros (también con indiferencia en algunas ocasiones) y en contados momentos nos paramos a escucharlos. Las excusas siempre son las mismas: es que no tengo tiempo, ve tú que yo no puedo, ahora voy... pero casi nunca vamos. Terminamos sin oirlos y sin aprender a ser como ellos. Porque en realidad, es eso lo que nos trasmiten los niños: convertios en lo que erais de niños, sed vuestros sueños... Pero "no tenemos tiempo"...

Cuando tenía 11 años, me leí la historia de Paulina (de Ana María Matute). Me gustó tanto este libro, que lo releí varias veces.
Paulina tenía 10 años, cuando la mandaron a vivir con sus abuelos a las montañas, para recuperarse de una enfermedad. Allí conoció a un chico ciego, al cual ayudó a ser indepediente.
En la época en que lo leí por primera vez, yo estaba también "recuperándome" de una enfermedad, y ya me sentía (desde siempre) una persona (no solo una niña).

Con 9 años tuve un brote de artritis reumatoide juvenil (enfermedad de Still) y el mundo se paró. Cuando "conocí" a la jovial Paulina, yo ya llevaba 2 o 3 años con la artritis, y estaba adaptandome a los dolores que aún tenía (aunque mucho más leves que con 9 años) y a las limitaciones físicas que aún tengo (a las que ya estoy adaptada). Muchas cosas cambiaron, sí, pero mi afición a escribir y a leer no lo hicieron. Paulina me ayudó entonces a recordar quién soy hoy. Quién quiero llegar a ser y porque todos somos iguales a pesar de nuestras diferentes edades. Paulina "tan sólo" era una niña de 10 años, que consiguió llevar felicidad a donde fue a vivir, y terminó siendo el empuje de su amigo ciego. Todo lo hizo ella "sola". A pesar de estar recuperándose de una enfermedad, a pesar de tener 10 años, a pesar de todo y de todos...

Paulina es como su autora: Ana María Matute. Gracias a personas como ella, hay partes de nosotros que siempre soñarán en ser lo que fuimos y en llegar a cumplir nuestros deseos. Gracias por todo.

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