miércoles, 30 de junio de 2010

Al Final Todo Llega

Observa. Escucha. Presta atención a las señales.

Hay momentos en la vida, que parecen estar ya escritos.

Tan solo, tenemos que ser conscientes de las oportunidades que se nos presentan, para hacer las cosas que queremos o ser la persona que realmente deseamos ser.

Para poder darte cuenta de las oportunidades, tienes que dedicarte tiempo para ti.

Necesitas silencio.

Todas las noches, o todas las tardes, abstráete de lo que te rodea, siéntate solo o sola y respira profundamente.

Quédate en silencio unos minutos.

Después, di en voz alta:

Aprovecho las oportunidades.
Soy capaz de ver las señales que hay a mi alrededor.
Consigo lo que deseo.
Sé que es así.

Es importante que hagas caso a tu intuición.

A veces, hay algo dentro de nosotros, que nos empuja a hacer algo. Cuando esto ocurra… ¡Hazlo!, siempre que sea beneficioso para ti, para otros o para todos.

Cuando te dejas guiar por tu intuición, las señales y oportunidades son cada vez más fuertes.

Y todos los días, ten confianza.

Cree que todo lo que deseaste, ocurrirá.

Busca un objetivo para el día siguiente, y realiza una afirmación positiva que te motive.

¡Sabes que puedes!

Al final, todo llega :-)

miércoles, 23 de junio de 2010

Tiempo Para Ti

Cierra los ojos.

Respira profundamente tres veces.

Imagina que en este preciso instante, estás sentado o sentada delante de la orilla del mar.

No hay ruidos. Lo único que oyes, es el sonido de las olas, que cuando se aproximan a ti, te dejan gotas en la piel.

Es media tarde y el sol ya no quema. Tan sólo te proporciona una sensación muy agradable.

Sientes el viento cálido, en tu cara y en tu pelo.

Respira tranquilamente.

Mira al horizonte. Al fondo, hay un pequeño barco pesquero, mecido por las olas. Y un grupo de gaviotas, revolotean alrededor.

Hunde tus manos en la arena caliente. Siente el tacto de la arena y juega con ella, intentando atraparla.

Te tumbas. El sol se está ocultando en las nubes.

Abre bien los ojos y mira el cielo. El color azul claro, está cambiando poco a poco a un tono más oscuro.

Mueve tus piernas y brazos en la arena, disfrutando del momento.

Sabes que cuando lo desees, podrás regresar a esta orilla.

Tienes todo el tiempo para ti.

Respira profundamente tres veces.

Abre los ojos.

:-)

miércoles, 16 de junio de 2010

Tan Solo Hablar

Las personas de mucha edad, están más acostumbradas a relacionarse con otros.

No les importa por ejemplo, ponerse a hablar contigo mientras esperas el autobús o dentro de él.

Lo hacen de modo natural, sin esfuerzo, con muchas ganas por otro lado, de que alguien les escuche.

En general, viven de modo más pausado y tranquilo, aunque en muchas ocasiones con mayor soledad.

Sus preocupaciones son otras a las que tuvieron más jóvenes y su círculo familiar o de amigos es más pequeño.

Lo único que demandan, es que alguien les escuche, aunque sólo sea unos minutos. Desahogarse o enseñar sus experiencias a otras personas.


Hace unos días, en la cola del banco, se puso detrás de mí una mujer mayor.

Se acercó más y comenzó a hablarme:

- Estoy cansada, y solo he subido las pocas escaleras que hay para entrar aquí… es que la edad no perdona…

Yo la miraba, y la sonreía.

La mujer estuvo contándome sus dolencias un rato, y luego exclamó:


- ¡Que voy a cumplir 86 años!…

- Que suerte – Le respondí casi sin pensar.

Ella me miró a los ojos y me respondió:

- Pues sí… es cierto. Yo he enterrado a mucha gente joven en mi familia…

Me contó entonces, sus relaciones familiares, y las cosas que le preocupaban en ese momento.


Después acabó la charla, ya que una ventanilla se quedó libre.

Le sonreí y nos despedimos.


Miremos a nuestro alrededor más a menudo.
Aprendamos de esas personas que tienen tanto que aportarnos.
Escuchémoslas, hablemos con ellas.
Relacionémonos con los demás, fijándonos en sus experiencias de vida.

Todos tenemos cosas que aportar y que decir.
Seamos niños, jóvenes, adultos o ancianos…
Hagamos que las personas más mayores sigan sintiéndose necesarias y acompañadas.

No hace falta mucho, tan solo hablar, escuchar o sonreír.

miércoles, 9 de junio de 2010

Sigue Creyendo En Ti

Respira profundamente tres veces.
Di en voz alta (o grítalo dentro de ti):

“Me quiero, me acepto y me gusta como soy.

Merezco todo lo bueno que me pase.

Tengo derecho a ser feliz.

Soy capaz de expresar mis emociones sin miedo, y sin herir a otros.

Creo en mí y en mis capacidades.

He conseguido muchas cosas, que pensaba insuperables.

Sé que puedo hacer lo que me proponga.

Soy una persona fuerte.
Sé que tengo mucha suerte.

Ocurra lo que ocurra a mí alrededor, confío en que todos mis deseos, se hacen realidad.
Sé que ya son realidad”.

Todo lo que hiciste en el pasado para cambiar y cumplir tus deseos, son ahora parte de tu presente.
Hoy será mañana dentro de poco tiempo, y todo lo que estás haciendo hoy, tendrá recompensa en el futuro.

Sigue creyendo y confiando en ti.
:-)

miércoles, 2 de junio de 2010

Tener Paciencia

No hay diferencias cuando tenemos un dolor.

Da igual que sea emocional o que sea físico.

Cada uno siente ese dolor como propio, distinto al de los demás.

En cualquier proceso de cambio, siempre tiene que haber un periodo de adaptación.

Cuando atravesamos alguna circunstancia que nos hace daño, que nos duele, ya sea física o emocionalmente, tenemos que sentirnos tranquilos y tener paciencia, para afrontar los cambios que se avecinan.

Aunque en ocasiones el cambio puede que nos de miedo, el cambio es necesario. De hecho, si no fuera por los cambios, nunca habríamos evolucionado.

Tienes que saber, que es normal que tengas miedo al cambio, que es normal que tengas miedo a pasar dolor. Somos humanos.

Pero a pesar de ese miedo, podemos seguir adelante. Podemos esforzarnos para que ese miedo, llegue a disiparse en el cambio.

Las etapas en la vida, se van agotando, pero cada etapa tiene una cosa buena, más bien, muchas cosas buenas.

Como somos lo que fuimos, y seremos lo que somos ahora, céntrate en tu mente, céntrate en tus pensamientos y en tu forma de actuar con los demás. Sé consciente, aquí y ahora, de quién eres, de cómo eres, de qué sientes, de cómo actúas con otros, de cómo actúas contigo mismo o contigo misma. De si te escuchas cuando tienes que escucharte, de si oyes a los demás cuando te dan consejos…

Nadie se va a intercambiar por ti en ninguna situación de tu vida. Todas las experiencias que vivas o que estés viviendo son tuyas y solo tuyas.

Podemos ser pacientes y no tener expectativas acerca de los cambios. No pensar, que va a pasar esto o aquello. Simplemente estar ahí y tú eres la única persona que sabe lo que estás sintiendo. Lo que te está pasando.

Aunque puedes compartirlo con otros, puedes comunicarte con ellos, contarles tus cosas, tus problemas, tus dolores. Eso es muy bueno. Te ayudará ha superar ese cambio por el que estás atravesando.

Y tienes que recordar, que todo pasa. Que el tiempo pasa.

Que ahora estás aquí, en ese torbellino de cambios, en esos dolores que te despiertan por la noche o en esa pena que casi no te deja comer. Todo es cuestión de tiempo. Y de paciencia. Sin adelantarte a acontecimientos futuros. Sin desear cosas que ya pasaron anteriormente. Solo céntrate en el aquí, en el ahora. Y pronto, como si no quisieras darte cuenta, todo habrá pasado. Y estarás en ese futuro que anhelas, para que el dolor y la pena desaparezcan o disminuyan.