Y
tú también… Ya eres perfecto y maravilloso.
Cada
día los medios de comunicación nos hacen creer que necesitamos elementos
externos para ser y sentirnos hombres y mujeres especiales…
Nos
tratan como si casi nadie se quisiera a sí mismo. A las mujeres se nos dice que
seamos jóvenes, guapas, delgadas… Y a los chicos que sean cada vez más y más
fuertes y atrayentes…
Parece
que vivimos en el siglo XXI… aunque si un viajero del tiempo llegara a nuestro
ahora, y viera los anuncios que nos exigen ser a todos y a todas iguales, bajo
unos cánones de belleza inventados por alguien que seguramente no los cumplía,
se quedaría paralizado.
Son
estrategias para que compremos claro, pero en muchas ocasiones nos hacen creer
que necesitamos de aquello que anuncian para ser felices y perfectos.
Sin
embargo ya eres perfecta… y también maravillosa.
Y
a pesar de vivir en la supuesta era de la igualdad, no dejan de sorprender
algunos anuncios dirigidos a un sexo determinado, en los que un hombre delante
de una tarta no puede comérsela (y no por que necesite adelgazar) sino porque
le duelen las encías… Si ese anuncio hubiera ido enfocado a una mujer,
ocurriría lo que pasa en casi todas las publicidades, que la mujer no podría
comérselo porque (a pesar de estar en forma) nos instan siempre a adelgazar…
Así que nos venden un postre bajo en calorías…
Como
ese miles de ejemplos que nos pasan desapercibidos, nos bombardean cada día. Y
en mi entorno más cercano (imagino que ocurrirá en muchos lugares) escucho a
las mujeres quejarse por su cuerpo, su cara, su pelo, su supuesta flacidez…
estando perfectas y siendo maravillosas…
En
el caso de los hombres también ocurre y se sienten casi en la obligación de ser
modelos de pasarela...
El
culto al cuerpo y no querer envejecer nos ata y nos apaga poco a poco.
Por
supuesto que hay que hacer ese culto al cuerpo de ejercicio, movimiento y
alimentación sana, pero sin llegar a pensar que si no lo hacemos al máximo,
seremos feos, desgarbados, sin gusto…
No necesitas esos elementos externos para ser
tú. Ni para ser feliz.
Te
repito (hasta que te lo creas) y te insto a que te lo digas cada día mirándote
al espejo, que ya eres perfecta y maravillosa.
Eres
una persona guapa. Un ser humano lleno de bondades y habilidades.
Comienza
a darte cuenta de lo que te ata. Observa tu día a día y las cosas y objetos que
utilizas para supuestamente subirte la autoestima… No los necesitas.
Quiérete.
Aquí y ahora.
Y
recuerda: Ya eres perfecto y maravilloso.
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