A muchas personas
les cuesta conciliar el sueño, cuando llega la hora de irse a dormir.
Algunas porque
están tan cansadas que se sienten inquietas y nerviosas.
Otras, porque
están aún muy activadas de los acontecimientos del día.
Descansar y tener
un sueño reparador, es muy importante para afrontar la jornada sin altibajos ni
malos modos.
Cuando estamos
cansados durante el día, es más probable que perdamos la paciencia con
cualquier cosa, por nimia que sea.
Sin embargo, si
nuestro sueño ha sido adecuado y nos hemos llenado de energía, sentiremos que
tenemos más fuerza para enfrentarnos a cualquier situación.
Para descansar
bien, aunque es necesario dormir las horas recomendadas, no es una regla que se
cumpla siempre, ya que en ocasiones, podemos tener un sueño reparador con menos
horas. De hecho, hay personas que parece que necesitan menos tiempo de sueño
que otras.
Lo acertado sería
aprender a escuchar a nuestro cuerpo y sus necesidades.
Por ejemplo, si
sabes que si duermes menos de siete horas, al día siguiente, te sientes cansada
y con dolor de cabeza, intenta evitar acostarte tarde.
Si tu reloj
interno te señala, que ya va siendo hora de irte a dormir… Vete a la cama… No
esperes más.
Para llegar a tu
hora de descanso, preparado para dormirte y tener un sueño reparador, es bueno
que realices alguna rutina que te avise de que ya es hora de hacerlo.
Cuando eras
pequeño, seguramente tenías ese ritual del que te hablo. Y te acostabas a una
hora adecuada para descansar.
Antes de irte a
dormir, túmbate o quédate sentada con los ojos cerrados, y haz alguna relajación
o ejercicio relajante de visualización.
Intenta que no
haya ruido a tu alrededor (y si lo hay, por ejemplo, el sonido del televisor, bájale
el volumen).
Acaricia tu
cabeza, tu cara, tu cuello y la parte alta de tu pecho, mientras respiras cada
vez más lentamente.
Trata a tu
cuerpo, como si fueras un bebé.
Mientras haces
eso, repite algunas afirmaciones positivas que hagan que tu mente esté
entretenida, y con ganas de dormir.
Repite:
Estoy muy relajado. Me siento muy a gusto.
Todo está bien. Está noche dormiré y tendré
un sueño renovador.
Y cada vez que
bajes tu mano por tu cara, di:
Estoy en el lugar perfecto. Aquí y ahora.
Poco a poco, mi cuerpo me acompaña para irme
a descansar.
Ha llegado el momento de aflojar las
tensiones.
Estoy muy relajada.
Recuerda: antes
de dormir, prepara tu entorno, tu cuerpo y tu mente para ese sueño que tanto
anhelas.