lunes, 8 de junio de 2009

Sin Preocupaciones


Voy por la carretera. Viajando en autobús.
Las líneas que dividen la carretera, pasan rápido a mi lado.
Los árboles también. Todo se va quedando atrás.
No hago más que pensar en ello.
Miro un árbol:
Me digo: - Los árboles no piensan –.
Y es así. Los árboles sólo están ahí. Inmóviles. Sus ramas y hojas son mecidas por el viento, pero ellos están ahí, siempre.
Intento imaginar como sería la vida si yo fuera aquel árbol.
Me concentró. Cierro los ojos y me veo en el mismo sitio donde está el árbol (aunque éste, gracias a la velocidad del autobús ya ha quedado atrás).
Y ahí estoy. La imagen del árbol está en mi cabeza y poco a poco, voy sintiendo el viento en las hojas y la compañía de los pájaros.

Todo es calma.
¡Es verdad! Los árboles no piensan. Sólo están ahí. Inmóviles. Mecidos por el viento. “Viendo” pasar los coches de la carretera, dejando que los días pasen. Sin preocupaciones, sin prisas, sin pensamientos…
Abro de nuevo los ojos. Yo sigo en al autobús. Aquel árbol “que fui” ya no está a mi vista. Hay otros muchos en su lugar. Sonrío. Una parte de la tranquilidad del árbol se ha venido conmigo hasta el autobús. Respiro profundamente y me doy cuenta de que las preocupaciones que tenía se han evaporado.
Bien… “volveré a ser un árbol” cuando lo necesite.
Anímate a hacer tú lo mismo. Sólo observa una escena, una foto o un objeto que te traigan relajación a la mente. Ahora cierra los ojos. Visualiza aquella escena, e intenta formar parte de ella. Siente el viento, la fría roca, el agua helada, el calor de la llama… observa como te sientes siendo aquello. Cuando te sientas repuesto, abre los ojos. y respira profundo:
- “Los árboles no piensan”.

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