lunes, 8 de junio de 2009

¡Tú puedes!

Cada ser humano tiene la capacidad de ser su propio maestro.

Todos hemos tenido en algún momento de nuestra vida, que elegir entre dos caminos (o tres, o cuatro…), y al final hemos tomado una decisión. Acertada o no, influenciada por otros o no, eso no es lo importante. Lo real es que los únicos que tomamos esas decisiones, somos nosotros. Elegimos una determinada carrera de estudios, o a una persona determinada para convivir con ella, nosotros.

Es cierto, que hay personas que les cuesta tomar decisiones por su cuenta. Pero también es cierto que aunque vaya a preguntar a otros que hacer, el que opta por un camino u otro, es esa persona, y no su padre, su hermana, su amigo…

Somos responsables de nuestras decisiones. Somos nosotros los que en última instancia elegimos.

Por eso, cuando algunos se quejan porque no tienen la vida que desearon, porque su padre le obligó a ejercer la abogacía, o porque nunca quiso heredar el negocio familiar, no se dan cuenta de que sus decisiones son las que les ha hecho estar ahí.

Claro que hay personas que no pueden hacer otra cosa, que la supervivencia de su familia depende de ellos y que no se “pueden permitir el lujo” de dejar esa vida que nunca desearon. Pero ellos (al igual que todos nosotros), podemos hacer cosas positivas, que nos motiven cada día a ser nosotros mismos:
Muchos tenemos la afición de escribir, otros cuando termina su jornada laboral realizan postres en la cocina de su casa, más ricos que los que cualquier chef renombrado. Otros se marchan a clases de baile o a una academia de idiomas. Los que dicen no tener tiempo para ello, son los que puedes ver sentados en el salón de su casa viendo la televisión durante horas, o los que se levantan cada día sin ganas de “vivir”. Están apagados, tristes, nada les empuja a la vida… sólo hacen lo que se supone que deben de hacer. Y dejan atrás sus sueños, sus anhelos y sus deseos.

Tú eres tu propio guía. Si tienes que hacerle caso a alguien, háztelo a ti mismo.

Escucha esa voz apagada por el tiempo que hay en ti.

Hazle caso.

Pide ayuda o consejo a quién desees, pero sé consciente de que la última decisión es tuya. Tú eres el responsable de tus decisiones y tienes la capacidad de tomarlas.
Tenga la edad que tengas.
Nunca es tarde para empezar a tomar decisiones conscientes.

Créelo:
¡Tú puedes!

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