Ser una persona seria, cansa. Siempre tienes que decir y hacer las mismas cosas. No puedes desviarte de tus ideas ni de tus ambiciones. Todo lo que te ocurre no es agradable, pero tienes que vivirlo... Es tu obligación.
La excesiva responsabilidad que pones en todo lo que haces, te agota.
Pero tú puedes hacer que eso no sea siempre así. Es mejor estar un poco loco, si quieres ser más feliz.
Deja de tomarte las cosas en serio y ríete.
Respira profundamente tres veces. Relaja todo tu cuerpo. Cualquier tensión que sientas, disuélvela con
cada respiración.
Hoy vas a vivir un día estupendo.
Todo lo que te pase, va a ser divertido y te van a dar ganas de reír.
Antes de salir de casa, mírate en el espejo e imagina que eres un payaso alegre. Tienes los ojos pintados de blanco y una gran nariz roja. Mueve la boca, ábrela lo que puedas, menea la nariz de un lado a otro, gesticula delante del espejo durante un rato.
Ya estás preparada para ir a la calle.
Observa como desde que pones el pie en la acera, todo a tu alrededor es diferente a otros días. Tu vecino te saluda y tú lo imaginas disfrazado de trapecista con mallas estrechas… El panadero va vestido de rojo, con un gran sombrero que le caracteriza como el jefe de pista.
Hoy, cualquier cosa que hagas, va a estar rodeada de colores y de circo. Incluso esa persona de tu trabajo, que está siempre enfadada con todos, no te sacará de tus casillas. Será el payaso triste de ese circo que estás creando hoy.
Cuando tengas que hacer cola en una tienda, imagínate a todo el mundo vestido de payaso. Incluso escucharás la música de los malabaristas y la voz del jefe de pista, diciendo: “Siguiente”.
Es posible que te rías sola o que sonrías más de una vez durante el día. Y sí… es posible que muchos de los que te rodean te miren con sorpresa.
Pero no te centres en ellos. Tan solo en tu circo.
Recuerda: Es mejor estar un poco loco.