miércoles, 30 de noviembre de 2011

Puedes Superar Cualquier Cosa



Somos muchos, los que hemos aprendido a convivir con las limitaciones o con el dolor, desde hace muchos años. Y no somos diferentes de aquellos que no tienen ningún malestar objetivo. Simplemente hemos aprendido a adaptarnos y a vivir con lo que tenemos.

A veces observo a personas que pasan de los cuarenta, los cincuenta o los sesenta años y que no se ven como antes… y se quejan, y creen que están y son “viejos”. Y los entiendo…

Adaptarnos a las circunstancias y a los cambios, es un proceso que hay que recorrer. No llega de la noche a la mañana, sino que requiere tiempo y esfuerzo de nuestra parte.

Hay personas como Janire que están esperando un trasplante para vivir, y que sin embargo viven cada momento con fuerza e intensidad.

Otros, como itochi, han pasado por un coma y han sido capaces de rehacer sus vidas a la nueva situación.

Y otros, tienen que convivir con un intruso, como mi amiga Cassiopeia lo llama, y enfrentarse a uno o varios tumores a cada instante del día.

Algunos, como las personas del grupo Vivir con Artritis, hemos sido niños con alguna enfermedad o con limitaciones desde pequeños, y a pesar de los dolores crónicos, siguen levantándose cada mañana con las pilas puestas y llamando a su enfermedad compañera de viaje, en vez de luchar en contra de ella.

Sé que hay miles de “problemas” y que cada uno, tiene una visión de lo que le pasa. Seguramente, para alguien que nunca tuvo que estar pendiente de la falta de movilidad de sus piernas, si tiene un accidente y ha de caminar con muletas durante meses, será un problema muy grande y mala suerte… tal vez viva enfadado y sin ganas, y es posible que se pregunte todos los días “¿Por qué a mí?”…

Pero quizá no.

Vamos a seguir aprendiendo a vivir riéndonos cada día.

Cada día es único y especial.

Observa a tú alrededor y mira la cantidad de cosas que te rodean, que te hacen feliz. Céntrate en ellas.

Disfruta de tu vida, disfruta de lo que tienes y de lo que haces. Sal a pasear lentamente, respira profundo, juega con las hojas…

Aquí y ahora, todo es perfecto.

Hoy, antes de irte de casa, mírate en un espejo, sonríe y repite en voz alta: “Hoy es un día maravilloso y único”.

Cuando te mires en el espejo, afirma con la cabeza mientras te dices: “Todo va a salir bien. Todo está saliendo bien”.

Recuerda: puedes superar cualquier cosa. Créelo.




miércoles, 23 de noviembre de 2011

Hablar En Positivo



Repite lo que viene a continuación. Hazlo como te apetezca: En voz alta, en voz baja o para ti:

Hoy es un día especial y maravilloso.

Cualquier acontecimiento que me pase, será positivo. Lo sé.

Hoy mi mente hará, que todos mis pensamientos se transformen en positivo.

Desde por la mañana a la noche, mi realidad será la que yo deseo.

Nada ni nadie podrá interferir en ello.

Yo soy la dueña de mis pensamientos y de mi habla.

Yo soy dueño de mis acciones.

Hoy disfrutaré de cada segundo que pase.

Cada instante es único y merezco vivirlo siendo feliz.

Hoy hablaré en positivo ante cualquier experiencia que tenga.

Sé que es un día maravilloso.

Todo es cuestión de tiempo.

Todo pasa.

El miedo, la incertidumbre o el dolor, se irán.

Nada permanece.

La vida es maravillosa.

Me acepto tal y como soy.

Soy un ser estupendo y lleno de energía.

Hoy es un día especial y maravilloso.

Cualquier acontecimiento que me pase hoy, será positivo. Lo sé.

Yo haré que así sea”.




miércoles, 16 de noviembre de 2011

Soñar



Ponte en un lugar cómodo.

Siéntate o túmbate.

Cierra los ojos y respira profundamente tres veces.

Hoy vas a ir al otro lado. Al lado de tus sueños.

Estás despierta, pero eso no va a ser impedimento para acercarte a ese sueño.

Comienza relajando todo tu cuerpo. Nota como cada músculo, cada tensión acumulada se desvanece con cada respiración, que poco a poco se va haciendo más y más lenta.

Te sientes bien. No hay pasado. No hay futuro. Todo está bien en este justo momento.

Los segundos pasan lentamente y sientes como dentro de ti, comienzan a crecer unas raíces.

Desde tu ombligo, las raíces bajan hacía tus pies y suben a la par, hacía tu cabeza.

Nota cada rama atravesando tu cuerpo lentamente.

Las raíces de tu cabeza salen de ella, y se dirigen al cielo y continúan más allá de las nubes. Llegan al universo y se enredan en miles de estrellas.

Las raíces de tus pies, salen de tu cuerpo, y se dirigen al centro de la tierra. Estas raíces corren mucho más que las otras. En poco tiempo, sientes como las raíces se enredan en otras raíces y se sumergen cada vez más y más en las profundidades.

Tu cuerpo está inmóvil. Sientes la energía del universo entrando por las raíces de tu cabeza y la fuerza de la tierra, que trepa hasta tu cuerpo y entra por tus pies.

Estás en conexión con la naturaleza.

Te sientes libre y lleno de vida.

Cada vez más y más.

Comprendes que puedes hacer lo que te propongas. Cualquier cosa.

Eres parte de esa vitalidad que sientes.

Respira profundamente una vez.

Sumérgete en un sueño que hayas tenido.

Será el primero que aparezca en tu cabeza.

Cuando lo tengas, atrápalo y quédate en él.

Imagina que estás soñando de nuevo. Muévete sin miedo por el sueño y haz lo que desees.

Puedes cambiar los acontecimientos a tu atonjo.

Tú eres el creador de tu historia.

Sonríe. Todo está bien. Todo va a salir bien.

Respira lentamente una vez y comienza a mover tu cuerpo poco a poco.

Cuando te sientas lista, abre los ojos.

Bienvenido del mundo de tus sueños.




miércoles, 9 de noviembre de 2011

Descúbrete



Es cierto, que no hay que viajar para aprender un poco más de nosotros, pero en ocasiones, un viaje por pequeño que sea, puede mover cosas en tu interior.

Es posible que digas:

No tengo tiempo de nada. Tengo mucho que trabajar”,

No puedo, no tengo dinero”,

O que sientas algo de temor de salir de tus lugares conocidos.

Pero fíjate bien… ¿realmente no tienes tiempo? (¿cuántas horas dedicas a ver en la televisión, programas 
que no te aportan nada?), ¿piensas que es necesario tener mucho dinero para ir al pueblo cercano? (si está muy cerca, puede que te gastes una mínima cantidad). Piensa en  lo que ganarías si superases tus miedos a viajar (no solo el logro de realizar un viaje, sino también la fuerza que te daría saber que sí puedes hacerlo).

Es cierto, que cualquier actividad que te saque de tu rutina, te despierta un poco, si sabes estar atenta. 

Pero… ¿Y si haces un pequeño desplazamiento (por ejemplo, a un pueblo cercano del cinturón de tu 
localidad), imaginando que estás viviendo una gran aventura? ¿Qué lugares exóticos y acontecimientos únicos se presentaran ante ti, a cada minuto?

Abre los ojos y camina despacio antes de comenzar tu andadura. Respira profundamente una vez y di para ti: “Mi vida es una gran aventura. Sé que voy a descubrir nuevas y maravillosas sensaciones. Soy una persona muy afortunada. Vamos allá”.

Durante el viaje, céntrate en los paisajes, en los colores del amanecer, en los ruidos que te envuelven. No necesitas nada más. Tan solo, estar ahí y ahora. Justo haciendo lo que estás haciendo. Deleitándote en cada paso y en cada segundo.

Te mereces un descanso, te mereces un nuevo descubrimiento, una gran aventura.

Sonríe. Eres una persona maravillosa con todo lo que desees por descubrir.

Disfruta del momento.

Descúbrete.



miércoles, 2 de noviembre de 2011

Cree en ti



Hay varias formas de vivir. Una de ellas, es siendo responsable de tus acciones y actitudes.

Si hay algo que te incomoda, ponle solución. Busca el remedio y actúa.

Los problemas lo son, porque tienen una solución y porque nosotros nos empeñamos en que existan.

A veces, observo a personas que aún teniendo supuestamente de todo y a pesar de tener todas las áreas de su vida cubiertas, están la mayor parte del tiempo quejándose de su mala suerte y de la incapacidad que creen tener para afrontar las circunstancias que atraviesan. No se dan cuenta de que ellos son los 
protagonistas de su historia.

Nos empeñamos en tener pensamientos que nos limitan y que nos atan a situaciones insanas. Y solemos creer que no depende de nosotros el que se produzca un cambio.

Pero el cambio empieza en nosotros.

Cree en ti y en tus posibilidades. Si no lo intentas, ¿cómo sabes que no puedes?

¿A qué cuándo eras pequeño y te decían que comieras una verdura, tú decías: “No me gusta”, sin haberla probado?  Cuando te decidías a ver qué tal sabor tenía esa comida, en más de una ocasión te gustó.  Incluso puede que se convirtiera en tu plato preferido.

Hoy te animo a que pruebes, a que experimentes aquellas situaciones con las que crees que no puedes. 

Seguramente te llevarás más de una sorpresa y descubrirás que sí que podías.

Créelo. Cree en ti. Tú puedes.