miércoles, 28 de diciembre de 2011

Inocente


Hoy es un día mágico.

A cada paso que des, recuerda quién eres y que la fortuna te sonríe.

Hoy, cualquier mirada puede ser única y especial.

Ese amanecer junto a los que quieres… Esa melodía que resuena en tu cabeza todo el día…

Tienes que saber, que hoy cualquier acontecimiento estaba ya previsto.

Todo va ocurriendo con total fluidez y parsimonia, sin que tú hagas nada por esforzarte.

Hoy, todo sale bien. Justo como tenía que salir.

El tiempo acompaña, aunque haga frío.

Sientes en el ambiente, una sensación sorprendente y que te inunda de curiosidad.

Hoy, todas las piezas del puzle encajan a la perfección.

Y no hay nada feo o turbio que pueda hacer que el día de hoy no siga siendo mágico.

Eres una persona maravillosa.

Hoy te sientes muy bien contigo. Sabes que eres la mejor compañía con la  que deseas estar… a pesar de ello, las personas que aprecias, se acercan a ti en busca de calor.

Recuerda: Hoy es un día mágico.

Disfrútalo.



miércoles, 21 de diciembre de 2011

En tu cama

ESCUCHA "EN TU CAMA", leido por Carol:





Cierra los ojos y respira profundamente tres veces.

Nota cada tensión que haya en tu cuerpo y suéltala.

Sigue respirando tranquilamente y con el abdomen.

Siente como la parte de debajo de tu ombligo, se llena y se vacía lentamente de aire.

Estás muy relajado.

Ahora, imagina que estás tumbada en tu cama.

Escuchas el viento fuera y como comienza a llover.

De repente, sientes como tu cama se eleva y atraviesa como un fantasma, el techo.

Sigue subiendo y subiendo, hasta que se encuentra en las nubes.

A pesar de estar a la intemperie, tú sigues caliente y relajada.

Todo tu cuerpo está pesado.

Respira profundamente una vez.

Debajo de ti, está el mar.

Deseas que la cama aterrice en el agua y así ocurre.

Lentamente, tu cama se convierte en una balsa.

Sientes el vaivén de las olas. Y te dejas mecer por ellas, mientras notas el calor de la ropa que te tapa.

Es de noche pero la luna está llena.

No hay nada ni nadie alrededor tuyo.

Te sientes bien.

La brisa del mar, acaricia tu cara y respiras las gotas de agua, que saltan hasta tu nariz.

Estás muy relajado.

Deseas estar en casa y así ocurre.

Rápidamente, la cama vuela hacía tu azotea, mientras tú todavía disfrutas del recuerdo de la oscilación de las olas.

Respira profundamente tres veces.

Muévete lentamente y sin movimientos bruscos.

Abre los ojos.



miércoles, 14 de diciembre de 2011

Sé tú mismo


Desde que somos pequeños vamos formándonos y adquiriendo determinados patrones de conducta.

Nuestro entorno nos va socializando en las costumbres que nos rodean.

Somos seres sociales por naturaleza. Hagamos lo que hagamos, siempre nos relacionamos con otros. Y todas las personas y experiencias que vamos teniendo, nos va haciendo de una forma determinada.

En muchas ocasiones, hacemos como nuestros hábitos o comportamientos, que tenían nuestros padres. O reaccionamos de la forma que lo hacía nuestra profesora en el colegio.

Nos adaptamos a la manera de pensar de los que nos rodean y nos protegen, para sentirnos seguros. Y creemos que nosotros somos como dicen los demás. Incluso con las limitaciones que a veces, eso supone: “es algo tímido. No creo que lo consiga superar”, “que niño más listo. Seguro que hará una buena carrera universitaria”, “no tiene remedio. Es nerviosa por naturaleza”.

Poco a poco, vamos creándonos un yo y lo vamos moldeando con el paso de los días. Los tímidos, tienen cada vez más miedos. Los que eran los más listos, comienzan carreras que tal vez nunca terminen (o que no les satisfagan). Los nerviosos, viven cada vez con más ansiedad y activación…

Y nos creemos lo que no somos.

A algunos es posible, que desde niños les dijeran: “que mala eres. No puedo contigo”, “eres un niño bueno. Tienes que portarte bien”… Y esas palabras hicieron que cada día fueran más rebeldes e inconformistas, o cada día más callados y sumisos…

Hoy te propongo, que te observes y veas que es aquello que siempre te ha gustado. Recuerda como te sentías de pequeño y cuantas cosas has dejado de hacer, porque no era propio de ti.

Haz un pequeño ejercicio de memoria, para traer a tu mente, aquellas circunstancias en las que tú mismo, te coartaste y continuaste con tu actuación, con la etiqueta que tenías adjudicada.

Tú no eres los demás. Tú tienes tus gustos y tu forma de ser.

Los hábitos malsanos no se heredan.

Tú fomentas tu carácter. Eres tú y no los otros, el que tiene el control de cómo quieres ser.

Lo importante es que seas feliz y que disfrutas cada día con lo que haces.

No te preocupes por las etiquetas o como te ven los demás.

Tan solo: sé tú mismo.





miércoles, 7 de diciembre de 2011

Levanta


¿No estás cansada de hacer siempre lo mismo? Cada fin de año, volvemos a repetir los deseos para el año nuevo y casi siempre son los mismos que no hemos cumplido:

Los típicos son adelgazar, o dejar de fumar o aprender un idioma o viajar más…

Son ideas en nuestra cabeza que al final no se convierten en acciones. Y… ¿Por qué no lo hacen?

Algo falla y en más de una ocasión, le echamos la culpa al exterior: 
He tenido mucho trabajo y no he podido hacer dieta”, 
El estrés me está matando, si encima dejo de fumar… me muero”, 
No tengo tiempo de estudiar. Tengo muchas cosas que hacer”, 
Ya iremos de viaje el año que viene, prefiero quedarme en casa y dormir más”…

En realidad, todas las afirmaciones anteriores, no son más que excusas para no realizar nuestros deseos. Por lo que la idea que teníamos, se queda sin la actuación correspondiente y seguimos convenciéndonos de que algo o alguien nos paralizan y no nos deja hacer realidad nuestros sueños.

Lo negativo de que creamos que nuestros deseos dependen de otros o de las circunstancias, es que nos desanimamos y nos entristecemos fácilmente. Si comenzamos a ir al gimnasio o a hacer dieta no lo hacemos motivados. Si decidimos dejar de fumar, al segundo día ya estamos enfadados con todo el mundo. Si retomamos los estudios, no nos creeremos los suficientemente listos para avanzar. Si preparamos un viaje y surgen inconvenientes, nos hace pensar que no mereció la pena…

Los deseos dependen de ti. Si tienes una idea, tienes que moverte para que se haga realidad. Si no, seguiremos años tras año, deseando cosas que nunca alcanzaremos.

Para comenzar cualquier deseo, las metas han de ser cortas.

Por ejemplo, para el deseo de dejar de fumar, no lo hagas de golpe. Hazlo de modo paulatino y sin obsesionarte. Una vez que has tomado la decisión, el camino ya está hecho. Sólo te queda recorrerlo y llegar poco a poco al final de él.

Mientras que los deseos se cumplen, podemos conseguir ser más felices con tan solo 5 acciones:

1.- Haz actividades que te gustan. No te quedes quieta. Muévete y pinta, escribe, canta, baila, lee, cocina…

2.- Relaciónate más. Habla de tus sueños a tus conocidos y amigos, sal más con ellos, disfruta de esos momentos. 

3.- Como dice el refrán: “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. No te rezagues ni te acomodes. Casi siempre es más difícil ponerse a hacer algo, que hacerlo. 

4.- Ríete cada día un rato. Aunque estés solo y parezcas algo “loco”.

5.- Sigue siendo tu propio maestro. Tú mejor que nadie sabe lo que necesitas. Hazte caso. Haz caso a tu voz interior.