¿No estás cansada de hacer siempre lo mismo? Cada fin de
año, volvemos a repetir los deseos para el año nuevo y casi siempre son los
mismos que no hemos cumplido:
Los típicos son adelgazar, o dejar de fumar o aprender un
idioma o viajar más…
Son ideas en nuestra cabeza que al final no se convierten en
acciones. Y… ¿Por qué no lo hacen?
Algo falla y en más de una ocasión, le echamos la culpa al
exterior:
“He tenido mucho trabajo y no he podido hacer dieta”,
“El estrés me
está matando, si encima dejo de fumar… me muero”,
“No tengo tiempo de estudiar.
Tengo muchas cosas que hacer”,
“Ya iremos de viaje el año que viene, prefiero
quedarme en casa y dormir más”…
En realidad, todas las afirmaciones anteriores, no son más
que excusas para no realizar nuestros deseos. Por lo que la idea que teníamos,
se queda sin la actuación correspondiente y seguimos convenciéndonos de que
algo o alguien nos paralizan y no nos deja hacer realidad nuestros sueños.
Lo negativo de que creamos que nuestros deseos dependen de
otros o de las circunstancias, es que nos desanimamos y nos entristecemos
fácilmente. Si comenzamos a ir al gimnasio o a hacer dieta no lo hacemos
motivados. Si decidimos dejar de fumar, al segundo día ya estamos enfadados con
todo el mundo. Si retomamos los estudios, no nos creeremos los suficientemente
listos para avanzar. Si preparamos un viaje y surgen inconvenientes, nos hace
pensar que no mereció la pena…
Los deseos dependen de ti. Si tienes una idea, tienes que
moverte para que se haga realidad. Si no, seguiremos años tras año, deseando
cosas que nunca alcanzaremos.
Para comenzar cualquier deseo, las metas han de ser cortas.
Por ejemplo, para el deseo de dejar de fumar, no lo hagas de
golpe. Hazlo de modo paulatino y sin obsesionarte. Una vez que has tomado la
decisión, el camino ya está hecho. Sólo te queda recorrerlo y llegar poco a
poco al final de él.
Mientras que los deseos se cumplen, podemos conseguir ser
más felices con tan solo 5 acciones:
1.- Haz
actividades que te gustan. No te quedes quieta. Muévete y pinta, escribe,
canta, baila, lee, cocina…
2.- Relaciónate
más. Habla de tus sueños a tus conocidos y amigos, sal más con ellos, disfruta
de esos momentos.
3.- Como
dice el refrán: “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. No te rezagues
ni te acomodes. Casi siempre es más difícil ponerse a hacer algo, que hacerlo.
4.- Ríete
cada día un rato. Aunque estés solo y parezcas algo “loco”.
5.- Sigue
siendo tu propio maestro. Tú mejor que nadie sabe lo que necesitas. Hazte caso.
Haz caso a tu voz interior.