miércoles, 30 de mayo de 2012

“Constancia”


Erase una vez una pequeña cabra, que casi siempre dudaba de todo.

Vivía con humanos desde que nació y no sabía que era una montaña, aunque vivía rodeada de ellas.

A pesar de todo, era una cabezota y no paraba hasta que conseguía lo que quería.

Una mañana, Constancia, que así la llamaron sus dueños, se despertó inquieta.

Algo la empujaba a ir hacía un lugar. No sabía bien que era, ni por qué sentía aquello, pero su instinto le señalaba un camino.

Así que, después de pensarlo detenidamente, tomó una decisión… esa noche, saldría de su encierro y caminaría hacía alguna parte.

Los otros animales del lugar, la miraron con desprecio: “No llegarás lejos”, “¿Por qué no te estás quieta? Sabes que no lo conseguirás”.

Constancia escuchó, pero aquella vez, no se dejó influenciar. En otras ocasiones, había pasado, que los animales más ancianos y los más asustadizos, la habían metido el miedo en el cuerpo: “Nadie te podrá salvar ahí fuera”, “No sabes la de peligros que hay”.

Pero aquella noche… Constancia se fue. Algo dentro de ella, le decía que estaba haciendo lo correcto.

Caminó durante horas y por fin encontró una montaña totalmente vertical.

Entonces, supo lo que tenía que hacer.

Lentamente y sin pausa, comenzó a escalar la montaña. Sabía que era un reto, pero estaba a gusto y era feliz.

Por fin, había conseguido dejar de dudar y se había arriesgado. Su persistencia la llevaría a la cima de aquella montaña. Lo sabía.

A la mañana siguiente, los dueños de Constancia, dieron la voz de alarma y salieron a buscar al animal.

Cuando la encontraron, la vieron en la montaña más alta y vertical que nunca existió.

Nadie sabía cómo aquella cabra, había llegado hasta allí. Pero lo había hecho, y supieron cómo:

Constancia tenía el nombre que la definía como era. Aunque muchos decían que lo que estaba, era loca… la cabra loca de Constancia, la llamaban algunos…

Ella siguió su intuición. Supo a donde ir y tomó una decisión. Después de aquello, su perseverancia hizo el resto. Aunque aquella escalada, pareciera una locura, sus dueños y ella misma, sabía que no lo era. Formaba parte de su actitud ante las circunstancias…

Era una pequeña cabra, constante y con éxito.

Desde ese día, nadie lo dudó.

Desde entonces, sube y baja de las montañas más altas, sin apenas esfuerzo, con el convencimiento de que hace lo adecuado y de que su constancia siempre la llevará a la cima.


miércoles, 23 de mayo de 2012

“Así se camina”


Lee lo siguiente en voz alta. Intenta creer en lo que dices. Usa un tono enérgico y hazlo con ganas:

Soy importante.

Confío en lo que hago.

He llegado hasta aquí y sé que puedo llegar un poco más lejos. Tan solo, tengo que dar el siguiente paso.

Conozco mis limitaciones y por eso soy fuerte.

Todos los momentos que vivo son perfectos y están ocurriendo justo en el tiempo adecuado.

Si no me conociera, me encantaría hacerlo.

Conozco mis capacidades y mis mejores cualidades, por eso, también soy fuerte.

Todas las personas que conozco me ayudan cuando lo necesito.

Sé pedir ayuda sin miedo.

Me siento feliz y sé que lo mejor está por llegar.

Conozco el dolor y el miedo y por eso sé que terminan por marcharse. Al final, solo quedo yo, más fuerte que antes.

Lo que creo en este momento es lo adecuado.

Lo que hago en este preciso instante, es lo que quiero hacer.

Soy una persona con iniciativa, por eso, los “debería” y los “tengo que” los destierro de mi vocabulario.

Sonrío todos los días cuando me levanto y al observarme al espejo sé distinguir que soy una ganadora.

No importa lo que haya hecho hasta ahora. El ahora solo existe hoy. Los errores no existen en el ahora.

Disfruto con cada cosa que hago y hago disfrutar a los que me rodean.

La vida es maravillosa.

Soy una persona maravillosa.

Doy las gracias por haber aprendido a quererme. Gracias.

Un paso más. Tan solo eso. Un paso más.

Así se camina.


miércoles, 16 de mayo de 2012

Controlando tus sueños



Cada uno de nosotros, tenemos el poder de controlar nuestros sueños. En general, nuestra mente es muy obediente. Si le decimos que piense en una rosa, lo hace… Seguramente tú acabas de visualizar una rosa.

Igualmente, si le decimos que no piense en una cosa determinada, también pensará en esa cosa, aunque le hayamos dicho que no lo haga… por ejemplo… no pienses en un perro… ¿Has visto al perro? Imagino que sí…

Por eso, es importante que aprendamos a controlar nuestros pensamientos y visualizaciones. Si no deseamos algo, no pienses: “No deseo engordar”, sino: “Deseo estar más sana y delgada”. La mente hará todo lo que le digamos que haga o que no haga… es así de manejable…

Cierra los ojos y respira profundamente tres veces.

Imagina que estás dentro de un sueño.

Tus pies descalzos reposan encima de un suelo hecho de nubes de azúcar.

Sientes un aroma que te gusta mucho…

Eres consciente de que estás soñando y sabes que puedes hacer lo que quieras… es tu sueño y tú lo controlas.

Ahora, comienzas a caminar despacio. El tacto esponjoso del suelo, te produce la necesidad de tumbarte en él. Y así lo haces…

Disfrutas del momento, sabiendo que eres dueña de tus sueños.

Eres lo que deseabas ser. No tienes que seguir luchando. Ya eres perfecto.

Respira profundamente una vez.

Abre los ojos.


martes, 15 de mayo de 2012

“Yes, We Can”


Hoy hace un año que una parte de la población mundial, decidimos despertar y dejar atrás la inmovilización y la desidia.

Decidimos ser responsables de nuestro presente y de nuestro futuro, en vez de hacer lo de siempre… Decidimos cambiar la situación actual y muchos y muchas, se juntaron en plazas o en las redes sociales, para compartir ideas e intercambiar ilusiones.

La fuerza del movimiento se demuestra andando, y desde hace un año, ese grupo de personas, han conseguido mucho. No solo acciones reales, sino también un cambio de conciencia a nivel global, que no se puede dejar de mirar, y que por supuesto, no se puede ignorar.

Hace un año… muchos parecían dormidos…

Hoy… Siguen despiertos…

Seguimos despiertos…

El cambio comienza en cada uno de nosotros.

¡Claro que podemos!

#15m 


martes, 8 de mayo de 2012

¿Qué hubiera pasado sí…?

“Una mañana de otoño, la joven adolescente, se vestía dificultosamente para ir al instituto. Como todos los días, desde hacía unos años atrás, ella necesitaba la ayuda de algún familiar para terminar de vestirse:

- ¿Me pones los calcetines? – Preguntaba con un hilo de voz.

Su pequeño cuerpo anquilosado de la noche, se acompañaba de una estruendosa voz interior que gritaba insistentemente: “Hoy tampoco podrás hablar con tus compañeros de clase, ni un “Hola, buenos días”, saldrá de tu boca… ¿A quién quieres engañar?”.

Vivía con la duda: ¿Y sí nunca me hubiera dado aquella enfermedad incapacitante? Podría ser quién quisiera, haría lo que le gustara, volaría sola y no necesitaría a nadie.

Creía que si no hubiera tenido aquellas secuelas, sería una persona feliz y sin complejos. Sentía que no vivía la vida que le correspondía… que era solo una sombra. Alguien o tal vez algo sin forma y sin vida propia. No se daba cuenta por aquel entonces, que el secreto y la fuerza reposaba en su interior, agazapado y esquivo como una serpiente…

Un día sentada en el sofá de su piso, el tiempo se paró y aquella vida apagada dejó de estar muerta. Abrió los ojos y miró. Ya era lo que siempre había deseado ser. Ya hacía lo que siempre había deseado hacer. No tenía que volver a vivir en el pasado. El presente estaba vivo y había aparecido para quedarse”.

Todos y todas, nos hemos hecho esa pregunta alguna vez: ¿Qué hubiera pasado sí…? (si hubiera seguido con esa persona, si no hubiera dejado los estudios, si no me hubieran echado del trabajo)…

Es fácil decir: El pasado, pasado está. Tal vez, lo complicado venga, cuando hemos de continuar con nuestras ocupaciones si esa duda sigue instalada en nosotros.

Hace años que la protagonista de la historia contada más arriba, dejó de preguntarse esos interrogantes. Después de pasarlo mal una y otra vez, por una circunstancia pasada, se dio cuenta de que lo único que estaba haciendo, era hacerse daño a sí misma.

Las circunstancias que vivimos, nos hacen ser quienes somos. Esconder la cabeza debajo de la almohada, no hará que los monstruos de debajo de la cama se vayan.  Hemos de abrir los ojos y mirar debajo. Observar a la cara, ese pasado incómodo o esas dudas, que nos atan.

Aquella protagonista (que soy yo misma), dejó de hacerse esa pregunta y decidió mirar a ese pasado, que la hizo tal y como es hoy. Y que sin muchas de las experiencias vividas, no comprendería muchas cosas que hoy ha aprendido.

Mira al pasado, mira en tu pasado y en tus dudas, pero hazlo para comprender quién eres ahora y las cualidades positivas que has adquirido gracias a tus experiencias. Nadie nace sabiéndolo todo. Todos necesitamos aprender. Necesitamos saber y conocer.

Después de comprenderlo, dale las gracias a ese pasado que has tenido la suerte de vivir. Y detente a mirar aquello que tengas ahora mismo delante… ya sea un televisor, una silla o una persona, y sonríe. Estás donde tenías que estar. Eres quién deseaste ser. No te des la espalda. Vive en tu presente. Sé feliz.

miércoles, 2 de mayo de 2012

¿Hay alguien ahí?

Hace ya tres años y medio, que comencé a escribir en ésta bitácora. Cuando empecé era nueva en todo el mundo de los blogs, pero tenía claro cuál iba a ser el fin de Creer en Positivo: un espacio donde impulsar la idea de la fuerza del poder de nuestra mente para ser y hacer lo que nos propongamos. Un lugar para encontrar energía y fuerza, para vivir cada día más y más, felices y optimistas.

Por mi propia experiencia, sé que los pensamientos tienen un poder en nosotros, del que muchas veces nos somos conscientes. Creemos que muchas de nuestras circunstancias no dependen de nuestras conductas ni de lo que nos decimos insistentemente cada día… pero sí que lo hacen.

En este tiempo, he pasado por toda clase de situaciones (como todos y todas). Incluidas alguna pérdida, enfermedades de familiares e intervenciones quirúrgicas propias… Y todas las semanas, he dedicado una parte de mi tiempo a escribir algunos apuntes “positivos” para el blog. Lo que me ha hecho aprender cada día un poco más (tanto de mi misma, como de vosotros y vosotras, y como del entramado de las redes sociales) y me ha dado la oportunidad de conocer a muchas personas afines (que de otra forma no conocería).

Tener éxito en la vida viene determinado por varios factores. Desde mi punto de vista, si encuentras el necesario equilibrio entre quién eres, quién dices ser y qué haces, habrá coherencia en tus pensamientos y acciones, y eso redundará en tu día a día. Por ello, puede que muchas personas se sientan insatisfechas con su existencia, y recurran a pensamientos y conductas, que lejos de ayudarlas, lo que hacen es fomentar cada vez más sus miedos, tristezas y dolores. Para llegar a ese equilibrio deseado, tenemos que darnos cuenta de nuestros “errores” y de lo que no nos conviene. Y tenemos que pedir lo que deseamos.

Por eso, hoy, aquí, después de tres años y medio, he decidido preguntaros cuales son las categorías o las entradas del blog que más os gustan, o si os gustaría que dedicara tiempo a tocar algún tema que aún no he incluido en él.

Sé que podría hacer una encuesta y colocarla en un lateral del blog, pero… es que me apetecía dirigirme a todos vosotros de modo más personal.

Después de todo este tiempo, he aprendido poco a poco a relacionarme también por estas redes, cosa que al principio no se me daba del todo bien… Y es gracias a vosotras, personas de muchos lugares del mundo, que han dedicado su tiempo a leer lo que he puesto en el blog cada semana, desde hace ya más de tres años.

Por supuesto: no es necesario que respondáis con vuestros comentarios, si no queréis.  

Muchas gracias por estar ahí.

Un fuerte abrazo.