Una luz intensa envolvió todo su cuerpo.
Pensó
que nunca había sentido aquello.
Se
sentía bien, a pesar de que no podía describir aquellas sensaciones tan nuevas.
Recordó
a su abuela, a su madre, a su padre y a todos aquellos seres que tanto había
amado.
Le
sonreían con una chispa casi mágica.
Se
rió con ganas.
Aquellas
veces en las que todo se hacía un mundo y pensaba que era todo tan difícil… se
desvanecieron por completo aquellas imágenes.
Todo
carecía de importancia. Ahora lo veía claro.
Su hermana le sujetaba la cabeza con cara de
preocupación.
-
Estela vamos – Le decía – Tenemos que hacer hoy muchas cosas…
Que
sinrazón quiso murmurar, pero en su lugar un grito de auxilio se escuchó en
toda la casa.
-
El sótano se ha inundado – Una voz con poca fuerza se oyó en la habitación
donde estaban Estela y su hermana – Hay que seguir avanzando o nos
convertiremos en sombras.
Estela
seguía en su mundo. Un lugar apartado pero que incluía todo.
Estaba
y era tan feliz que comprendió el origen de su vida y del universo.
En
la importancia de las cosas realmente pequeñas residía el amor.
Nada
físico la molestaba. Un cielo azul casi negro cubrió su rostro.
Notó
la mano de su hermana que la cogía muy fuerte.
-
Tú no te vas a ningún lado, ¿me oyes? Tenemos que hacer tantas cosas hoy…
Las
temblorosas y huesudas manos de Estela dejaron de sentir.
El
momento estaba ahí. Cerca de las dos y ambas lo vieron.
La
señora de negro estaba delante de la puerta. Movía los labios pero no se
escuchaban palabras. Entonces Estela habló:
-
He llegado hasta aquí con mucho sigilo y
como llegué me voy. El sótano está inundado. Ya no nos necesitan.
Un
suspiro casi imperceptible salió muy despacio de Estela.
Entonces
ocurrió.
La
vida comenzó en su pequeño cuerpo.
Un
gran llanto resonó en la sala del hospital.
La
que hasta ayer había sido su hermana le cogía las manos con dulzura.
Su
mirada era clara. Su cuerpo liviano.
Todo
carecía de importancia.
Estela
por fin logró ver.
La
felicidad seguía con ella.
En
calma. Sin preocupaciones. Sin miedos.
Y
entonces ocurrió…
4 comentarios:
¡¡Que bonito!! Gracias
Hola!!
Eso es...el mero echo de cambiar la mirada cambia la forma del mundo, hay que ser optimista, positivo y activo, es decir, cuidarse de no caer en el positivismo que te deja aletargado... no se si me explico?
Un bso, LUCIA
Hola la.eu :) De nada :D Como siempre, muchas gracias a ti por tus palabras ;) Muchos besos guapa!!!
Hola Lucia :D Exacto :) Activas y positivas siempre :) Ya que sin acción no hay cambio ;) Te explicas estupendamente :D Un beso!!!
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