miércoles, 27 de mayo de 2015

¿Y si cambiamos?

He cambiado.
Esta mañana me he levantado siendo otra persona.
Mis preocupaciones y mis miedos habituales se han disipado sin motivo aparente.
No sé por qué, pero esta sensación de fuerza y vitalidad me gusta. Y mucho.
Cuando anoche me fui a la cama sentí una emoción muy fuerte recorrer todo mi cuerpo. Algo estaba pasando pero aún no podía discernir de qué se trataba.
Un sueño repleto de símbolos me abrió los ojos en plena noche.
Allí estaba yo, sentada delante de aquella impresionante muralla infranqueable.
Miraba sin pensar en nada. Observaba cada rincón de la roca y me centraba en la vida que salía de los pequeños agujeros que se formaban entre capa y capa.
Musgo, insectos e incluso algún ave minúscula disfrutaban de un entorno agradable a mis ojos.
Yo cerré los míos por un momento. El sueño me vencía a pesar de estar soñando.
El ruido insoportable de unas máquinas me hizo regresar.
No podía trasgredir las normas de la muralla. Por alguna extraña razón tenía que seguir allí delante, sentada en mi silla y observando cada detalle.
Fue cuando un grupo de personas se acercó hasta mi posición.
Portaban instrumentos pesados y traían sonrisas pegadas a sus ropas.
Fui feliz de verlos. Supe que algo bueno estaba por ocurrir.
Y no me equivoqué.
Todas y todos comenzaron juntos a derruir la muralla que tenía delante, no sin antes acoger la vida de la roca en otro lugar cercano. Insectos y aves que nunca habían salido de aquel lugar, descubrieron un lago y unos árboles donde crecer y sus canticos no se hicieron esperar.
Yo me sentí liberado.
Al otro lado había un lugar tan desconocido para mí como lo había sido el lago para los pequeños seres, unos minutos antes.
Me dejé caer en el mullido suelo y me estiré más de lo que antes podía hacerlo.
La luz entró por la ventana de mi habitación.
Abrí un ojo y luego otro.
Creo que no fue un sueño.
Porque hoy me siento nueva… y sobre todo cambiada.
Respiro mejor, me siento mejor, sonrío mejor…
Y sobre todo ya no tengo miedo y sé que todo es posible.
¿Te animas a soñar como lo he hecho yo?
¿Y si cambiamos?


miércoles, 20 de mayo de 2015

Y tú… ¿Qué quieres ser de mayor?

Sí. La de la fotografía soy yo con menos de dos años…
Parece que la afición por la escritura ya comenzó hace mucho tiempo...
Siempre tuve muy claro lo que quería ser de mayor, sin embargo no siempre fui detrás de ese objetivo.
Los planes de otros, mis propias decisiones, el creer que no tendría un futuro aceptable… todo eso y más motivos me llevaron a ser quién no quería ser.
Todos y todas tenemos esa motivación en nuestro interior. Esas ganas de vivir cuando realizas esa actividad que tanto te ha gustado siempre. Esa necesidad casi básica de expresarte a través de esos pequeños actos…
Imagina que no hay un pasado. Ni un ahora al que temer o del que refugiarte.
Cree que tienes todo el tiempo por delante… así es.
El tiempo no existe. Ni los futuros aceptables…
Tan solo existes tú en este preciso momento decidiendo quién quieres ser.
Comienza despacio. Como si fueras un niño de pocos meses que aún no ha aprendido casi nada del mundo exterior.
Y hazte esta pregunta: ¿Qué quiero ser de mayor?
Tienes un abanico lleno de posibilidades en tus manos.
Tus motivaciones, tus ganas de vivir y de estar dependen en parte de ti.
No creas que ya eres mayor. No lo eres.
No pienses que ya no puedes aprender. No es cierto.
No creas nada que no creerías de los adultos si fueras aún un niño…
No te tomes todo tan en serio.
Sonríe sin miedos.
Y tú… ¿Qué quieres ser de mayor?


miércoles, 13 de mayo de 2015

Camina sin miedo

¿Cuántas veces te has sentido paralizada por tus sentimientos?
¿Cuántas veces has dejado que el miedo gobierne tu vida?
Aquellos pasos que no diste por temor a lo desconocido, te hicieron parar y no sentirte bien.
Eres una persona maravillosa y con miles de aptitudes.
¿No las ves?
Están ahí. Delante de tus ojos.
No necesitas todos esos elementos externos (incluidas esas relaciones dependientes) para ser tu mismo y sentirte lleno.
Quizás avanzas cada día con algún temor, pero… Sigues avanzando.
Somos los dueños de nuestros propios destinos. De nuestra propia vida y decisiones.
Si te lo puedes imaginar te aseguro que puedes hacerlo.
Antes que nada imagina. Imagina que puedes hacer lo que te propongas, que eres lo que siempre deseaste y que los obstáculos solo están en tu cabeza.
La fuerza de voluntad que tuviste entonces sigue dentro de ti.
La semilla sigue en tu interior.
Nunca has dejado de ser esa persona que un día dibujaste como un esbozo en tu memoria.
Esta semana me gustaría que hicieras una acción simbólica.
Escribe en un papel aquellos miedos que te hacen parar. Esos temores que ni tú misma eres a veces consciente de tener…
Cuando lo hayas hecho, léelos en voz alta y termina la lectura con un: Puedo hacer lo que me proponga. Yo puedo. Todo está bien.
Rompe la nota en pedazos y seguidamente ve hacía una papelera. Allí donde dejas los cartones y hojas para reciclar, desecha esos pequeños trozos de papel.
Siente como parte de tus miedos se van con ese simple acto.
Eres una persona libre. Eres un ser humano maravilloso con todas las posibilidades por delante para avanzar.
Hazlo ahora.
Y repítete: Puedo hacer lo que me proponga. Yo puedo. Todo está bien.
Porque ciertamente todo está bien y todo va a salir bien.
Confía en ti.
Camina sin miedo.


miércoles, 6 de mayo de 2015

Siempre adelante

Cada día es único.
Cada vez que respiras un universo nuevo entra en tu interior.
Deshazte de lo viejo, de lo que ya no te conviene y da ese paso que tanto necesitas.
El pasado quedó en aquel rincón de tu mente que tanto te ha gustado alimentar.
El futuro aún no existe.
Camina sin retrocesos. Aprende de tus experiencias pero siempre con la mirada hacia delante.
Tu vida está ahí… delante de ti.
Detrás solo quedan telarañas y dolores inacabados (o alegrías ya pasadas).
Da ese paso.
Haz cambios tanto a nivel externo como interno.
Esos cuadros que solo te recuerdan lo que pudo ser… deséchalos…
Sustituye esos objetos por savia nueva. Por colores vivos y motivación para el cambio.
Eres una persona nueva.
Cada día que pasa dejas de ser lo que fuiste ayer.
Esos pensamientos que te atan ya no te sirven hoy.
Esos sentimientos que pasaron ya no forman parte de ti ahora.
Sonríe y comienza a darte cuenta de la gran aventura que tienes por delante.
Conocemos el final del trayecto, pero desconocemos lo que nos depara el camino. Y ahí reside la chispa de la vida.
Sigue adelante.
Tú puedes.