Cierra los ojos.
Respira profundamente tres veces.
Imagina que estás sentado en el salón de tu casa, viendo postales.
Hay muchas en la mesa, y tú tienes las que más te gustan en la mano.
Vas pasando postal por postal.
Sintiendo el tacto de la foto, y percatándote de todos los estímulos de la habitación.
Llegas a la postal del lugar preferido para ti.
Céntrate en el paisaje.
Observa cada detalle.
Imagina el sonido que hay en ese mágico lugar.
Con los ojos cerrados, respira profundamente una vez.
Sujetando la postal en la mano, desea estar allí, dentro de esa foto.
Escucha…
Un leve murmullo te hace abrir los ojos.
Observa…
Allí estás. En ese sitio al que deseabas ir.
Miras cada rincón.
Todos tus sentidos están alerta.
Respira profundamente una vez.
Te sientes feliz. Sonríes.
Hace mucho tiempo que deseabas estar aquí.
Ya lo estás.
Disfruta de la sensación de alegría y de calma que ahora mismo experimentas.
Estás en ese rincón del mundo que tanto te gusta.
Quédate ahí cuanto quieras.
Puedes moverte hacía donde desees y hacer lo que más te apetezca.
Si estás en una ciudad, puedes andar por sus calles. Si has elegido un paisaje montañoso con nieve, puedes esquiar por la pendiente. Si estás cerca del mar, puedes darte un baño revitalizante.
Estás ahí.
Ahora.
Es tu momento.
Respira profundamente una vez.
Abre los ojos.