miércoles, 31 de octubre de 2012

Hazte un Blog



Hace años que escribo en el blog. Cada semana me planteo un tema para plasmarlo aquí y con ello, me obligo a reflexionar.

Sentarse delante de una página en blanco con una idea, es un ejercicio que os recomiendo.

Para crear un blog no es necesario conocer los entresijos de la informática y de internet. Cada vez es más sencillo y más intuitivo comenzar a escribir en una página web.

Todos somos creativos y creativas. Tenemos una capacidad increíble para imaginar y crear historias. Tú también.

Nos despertamos todos los días con nuestra mente ya activa, y con ella, nos movemos casi por inercia a lo largo de la mañana.

Sentarnos un rato a la semana, y observar nuestra mente, nos ayuda a ver las cosas mucho más claras y a conocernos un poco más a nosotros mismos.

Parar esa actividad que nos invade no parece una tarea sencilla, pero se puede conseguir.

Para ello te animo a hacer un blog y a que reflexiones una vez a la semana, acerca de tu mundo interior y de tus experiencias vividas. Aunque no te guste escribir o aunque pienses que no estás capacitado para hacerlo, me gustaría que lo hicieras.

Pero con algunos requisitos. Todo lo que relates en esa página, será en tono positivo y constructivo. Comienza poniéndole al blog un titulo positivo, como: “Me gusta mi vida”, “Te cuento mis motivaciones”, “Soy una persona maravillosa”.

De todas las experiencias adquirimos aprendizajes tanto positivos como negativos, aunque nos solemos quedar con los más nocivos para nuestra salud física y mental.

Por eso, cuando escribas te centrarás en los aspectos enriquecedores de tu experiencia.

En el caso del blog, no tienes que imaginar que otra persona lo leerá. Aunque no pongas tus datos reales y no le des publicidad a tu página, es muy probable que alguna persona te lea y tal vez comente tus entradas, así que cuando te sientes a escribir cada semana, no solo lo hagas para ti mismo, sino para los demás.

Recuerda: el requisito más importante, es que escribas de modo positivo y favorable, fomentando lo que te motiva, te gusta o sientes.

Por ejemplo, una forma de contar que estuviste mucho tiempo esperando en alguna tienda y que eso no te permitió hacer otra tarea importante para ti, y te puso furiosa, podría ser:

“Hoy ha sido un día curioso. He estado casi una hora de pie, hasta que ha llegado mi turno en la cola del banco. He estado observando a las personas que me rodeaban y he comprendido que muchos estaban en mi situación y que también tenían mucha prisa. Los rasgos del niño pequeño que acompañaba a su madre, me han tenido entretenida durante un buen rato y la lluvia que podía ver a través de los cristales, me ha hecho sentirme segura y protegida dentro de aquel lugar. Cuando he llegado al cajero, me ha recibido con una gran sonrisa. Eso me ha gustado. Le he dado las gracias y le he dicho mi descontento por estar tanto rato de pie. Lo ha comprendido y me ha atendido sin prisas”.

También puedes escribir historias inventadas, de fantasía o realidad, fomentando los aspectos más positivos del relato y de los personajes.

O puedes hacer un dibujo lleno de color y ponerle un título sonoro.

Incluso grabar alguna escena en un bosque que te relaje y que te tranquilice y ponerla en el blog.

Y si te animas, grábate y cuenta tus historias positivas delante de la cámara.

Todos esos medios te ayudarán a pararte y a disfrutar de ti misma y de tu mente prodigiosa.

Así que: ¡Hazte un blog!

 

miércoles, 24 de octubre de 2012

Activa tu memoria




Con el paso de los años parece que nuestra capacidad de recordar o de adquirir nuevos conocimientos, va disminuyendo.
Nos acomodamos en la creencia de que ya estamos mayores para un nuevo aprendizaje y dejamos de utilizar nuestra memoria.
Es cierto que hay parte de biológico en esas afirmaciones, pero también es cierto que esa disminución de la capacidad se puede mejorar si nos mantenemos activos mentalmente.
Por lo tanto, ¿qué podemos hacer para que nuestra capacidad de aprendizaje y nuestra memoria no se debiliten?
Algunas de las actividades que puedes realizar son:
·       Dedica parte de tu tiempo en el día, para leer.

La lectura es un buen medio para mantener nuestra mente activa y consciente.
Con el paso de los años, algunas personas que no están acostumbradas a leer, lo van dejando de lado. Optan por actividades más pasivas, como ver la televisión.
No se trata de dejar los hábitos que más nos divierten,  sino de incorporar a éstos, poco a poco, otros hábitos que estimulen nuestra mente, como lo hace la lectura.

·        Realiza operaciones matemáticas sencillas, crucigramas o sudokus.  

Hace un tiempo están de moda los juegos para estimular la actividad mental. Nos refuerzan cada día para que vayamos mejorando con las repeticiones del aprendizaje.
Crea tú mismo tus propios reforzadores a la hora de hacer esas actividades. Cada vez que realices la conducta (por ejemplo, cada vez que hagas un sudoku), proponte nuevos retos que superar para la próxima vez (como subir el nivel de dificultad de los sudokus). 

·       Escribe.

Una buena forma de movilizar tu mente es inventarte una historia. Comienza con un escenario sencillo, un personaje en una montaña, por ejemplo y poco a poco (cada día), añade a esa escena otros elementos e interacciones con otros personajes. Estimularás tu imaginación y te aseguro que también te divertirás.

·       Ten conversaciones.

Hablar con otra persona u otras personas, de un tema concreto, nos motiva para pensar, razonar y poner en orden nuestra capacidad para expresar lo que queremos decir. Utilizar las palabras adecuadas o defender nuestro punto de vista, harán que nuestra mente se active.

·       Sal a andar.

La actividad física es igual de importante que la mental.
Cuando caminamos, muchos estímulos de diferentes tipos (visuales, auditivos, sensoriales…), entran en nosotros, y también activan nuestro cerebro.
El hecho de movernos también ayuda a que nuestra mente no se quede estática.
 
Tengas la edad que tengas, si percibes que tu capacidad de aprendizaje o tu memoria, “ya no son lo que eran”, aplica estas acciones cada día. Diviértete con ellas. No te las tomes como una obligación o un suplicio. Encuentra aquellas actividades que más te gusten y hazlas.

Activa tu memoria.


miércoles, 17 de octubre de 2012

Relajación: “Tu Casa Interior”

Cierra los ojos y respira profundamente tres veces.
Siente cada parte de tu cuerpo y mándale la siguiente orden:
“Cuerpo relax, cuerpo relax”.
Disfruta de la respiración.
Nota como al inspirar, te llenas de energía sanadora y brillante.
Observa como al expirar, todo lo que no necesitas, se va de tu cuerpo como una nube negra.
Cada vez estás más y más relajada.
Observa tu mente.
Reconoce que en la calma, parece no existir.
Nada te perturba ni te preocupa. Tan solo saboreas tu respiración, como si acabaras de nacer.
El ruido externo no te molesta. Una espesa luz blanca te rodea y te sana, sin necesidad de que te esfuerces para conseguirlo.
Respira profundamente una vez.
¿Sientes la sensación de paz en el centro de tu estómago y de tu pecho? Algo te impulsa a reírte. Hazlo.
Un impulso te sumerge en tu interior. Allí está tu casa. Tu centro.
Antes de entrar en tu casa, observas como hay alguien dentro, esperándote…
Introdúcete ahora en tu hogar con la sensación de paz que te inunda.
Eres una persona muy feliz y calmada.
Rodea la habitación interior en la que te encuentras, mientras que un halo de luz brillante, sale de tu cuerpo e inunda también esa estancia.
Estás muy relajado.
Disfrutas de la luz que te envuelve.
Acomódate dónde estás.
Cada día estás mejor y mejor.
Todo está bien.
Confía.
Ama.
Sal de tu centro y regresa a tu respiración. Observa como se ha hecho más lenta y espaciada.
Eres una persona maravillosa.
Cada vez que te sientas nervioso, tenso o preocupada por cualquier cosa, puedes volver a tu casa interior y llenarte de tu energía sanadora.
Respira profundamente una vez.
Abre los ojos.


miércoles, 10 de octubre de 2012

Cómo vivir mejor


Casi nadie tiene un manual de vida.

Desde pequeños, no nos enseñan a vivir y a disfrutar de cada instante, sino que nos bombardean con aprendizajes que muchas veces, no son significativos para nosotros.

Vamos avanzando en nuestra vida, sin que la sociedad competitiva y poco sociable que predomina actualmente, nos impulse realmente a vivir.

Ya casi no tenemos tiempo de jugar o de relajarnos. Los "deberías" y los "tienes que" de nuestra niñez los interiorizamos, y se convierten en "debo" o "tengo que". Esto hace que nosotros mismos limitemos nuestra forma de actuar, y nos genera estados de ansiedad y de desánimo, lo que no contribuye a que vivamos mejor, sino a todo lo contrario.

Entonces... ¿Qué podemos hacer para encontrarnos cada día mejor y mejor?

Algunos ejemplos son los siguientes:

- No tener expectativas elevadas de lo que te deparará el futuro.

Lo que uno espera, tiene que ser acorde a nuestras capacidades. Sin son más altas las expectativas o lo esperado, y no conseguimos nuestros objetivos, producirá en nosotros un estado de frustración, contrario al sentimiento deseado de querer sentirnos bien.

Este punto está relacionado con el siguiente:

- Aprender a conocerse a uno mismo. Tanto mental, como físicamente, como en otras facetas importantes para nosotros.

Nuestro cuerpo es lo que somos en nuestra mente. Si nuestro estado mental es de calma y felicidad, nuestro cuerpo enfermará menos o incluso no enfermará. Y al contrario, si conseguimos mantener un estado óptimo de salud, a través de la alimentación o del ejercicio físico, nuestra mente estará más tranquila y se adaptará mejor al entorno.

Si sabemos lo que nos conviene y lo que no, podremos hallar el ansiado equilibrio mental que necesitamos para ser felices.

- Trabajar en lo que te gusta y te motiva o hacer que lo que realizas te llene.

Muchos no tenemos un trabajo y otros no tienen un trabajo que hayan elegido. Su actitud ante la vida, suele ser de desánimo y pereza. La tristeza y la falta de impulso, pueden aparecer en nosotros para quedarse, al no ser que hallemos mecanismos de afrontamiento ante esas circunstancias en principio adversas.

Adaptarnos a lo que vivimos, pero disfrutando de cada actividad como un nuevo reto, no ayudará a estar mejor.

- Apoyarte en los demás y en ti mismo.

Haz de ti mismo tu propio bastón. Sé tu propio terapeuta y realiza actividades que te hagan sentir mejor. Escribir como terapia, puede ser una de las acciones a tomar.

Recurre también a tus apoyos más cercanos. Pide lo que necesitas. Expresa tus emociones y pensamientos. Sal de la guarida protectora que te has creado en torno tuyo. Fuera hay mucho por lo que vivir.

- Y por último, cumplir deseos de la niñez.

Cuando era niña, y me preguntaban que quería ser de mayor, casi siempre respondía que escritora.

Desde que recuerdo, esa palabra me hacía ser feliz y me emocionaba.

Hoy, sigue haciéndolo.

Busca entre tus recuerdos y encuentra aquello que te despertaba emociones positivas en tu infancia, y dirígete a ese deseo, de modo constante y con paciencia.

La felicidad está a la vuelta de la esquina.

¿La ves?

miércoles, 3 de octubre de 2012

Saborea Cada Instante

El presente está aquí. En este preciso instante.

No está el mañana ni el pasado.

Solo el ahora.

La mente es capaz de vivir horas y días enteros en un lugar inexistente. Solemos navegar por nuestros recuerdos y por nuestros deseos del futuro, sin hacer caso alguno a lo que nos está pasando hoy.

Muchas veces los deseos y la necesidad de que ocurran ciertos acontecimientos, hacen que estemos nerviosos y tensos… ponemos el piloto automático y simplemente vivimos en nuestra cabeza, recordando el pasado o visualizando un futuro que no existe.

 Otras veces, dejamos que una idea recurrente, se asiente en nosotros. Y la alimentamos con nuestras historias.

“El cuento de la lechera”, hace que no nos demos cuenta de que el cántaro de leche se ha roto, hasta el final de la narración. Cuando por fin, abrimos los ojos, el presente y el ahora, inundan nuestra vida, de tal forma, que podemos ver en el suelo miles de trozos de nuestras expectativas no cumplidas.

Nos damos cuenta de que hemos vivido en un sueño y que nada era real. Tampoco hemos disfrutado del momento, esperando las recompensas de un futuro no marcado.

Disfruta del camino. Sea como sea éste, te guste o no. Haz que cada momento esté en el ahora.

Camina despacio. Sin miedos y siendo feliz.

Si corres mucho te perderás la flor que surge de ese lugar árido. Dejarás de ver aquello que tenias que aprender…

El futuro no existe. El pasado no existe.

Solo existe el aquí y ahora.

Todo lo demás está en tu cabeza.

Tú decides si deseas ser feliz ahora o esperarte a ver que te depara el mañana.

Elijas lo que elijas: Que tu camino te sea propicio :)

¡Saborea cada instante!